Secretariado de Medios

Secretariado de Medios

La Catedral de Segovia acogió este último domingo del mes de octubre un acto religioso poco habitual pero de gran importancia para la vida diocesana: la recepción por Álvaro Marín Molinera de los ministerios laicales de acólito y lector.
Álvaro, uno de los dos seminaristas mayores con que cuenta la diócesis, dio así un paso más en su preparación como servidor del pueblo de Dios. El acto del que fue protagonista y en el que se halló arropado por su familia y muchos fieles segovianos deseosos de comprobar cómo nuestra Iglesia particular va dando pasos adelante en su misión evangelizadora, es preceptivo antes de recibir el sacramento del Orden sacerdotal y está orientado a su participación cada vez más activa en los menesteres litúrgicos y celebrativos.
Cerca de concluir su formación teológica en Salamanca Álvaro enriquece su experiencia pastoral colaborando en la Unidad Parroquial Centro, en Segovia capital, y también presta su ayuda en la pastoral juvenil y en el seminario menor de la diócesis.

Viernes, 26 Octubre 2018 07:10

Maestro, que pueda Ver

La curación del ciego Bartimeo, narrada en el evangelio de este domingo, describe magistralmente la situación del hombre que necesita salir de la oscuridad a la luz. El evangelista presenta el estado menesteroso del ciego que pide limosna al borde del camino por donde pasa Jesús. Oyendo que pasaba, le invoca con un título mesiánico —Hijo de David— y pide compasión. Como suele ocurrir, la gente le increpa para que no moleste con sus súplicas, pero él seguía gritando sin desfallecer. Jesús se detiene y pide que le llamen. El ciego da un salto, suelta su manto y se acerca a Jesús. El diálogo es escueto, dirigido a lo esencial: ¿Qué quieres que haga por ti?, pregunta Jesús. El ciego responde: Maestro, que pueda ver. Y Jesús accede con estas palabras: «Anda, tu fe te ha curado». El evangelista añade: «Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino».
El encuentro del hombre con Jesús tiene en esta escena un valor ejemplar. Todos necesitamos ver. Sin luz no podemos andar el camino. La ceguera es, en cierto sentido, la imagen del hombre necesitado de Dios. Son muchos los que no creen, pero desearían creer. No hace mucho, una destacada periodista decía, ante la situación vital por la que pasaba, que desearía creer, pero no sabía cómo llegar a la fe. El ciego suplica, insiste, hasta que Jesús se para en el camino. La fe comienza por una súplica ardiente, profunda, que nace de la necesidad más radical del hombre: poder ver.
Ante esta necesidad, son muchos los que pretenden silenciar la súplica, sofocar la plegaria. Carecen de la compasión más elemental y humana, que nos hace solidarios con los hombres que viven en la oscuridad. Por eso, la petición del ciego es muy sencilla y radical: Maestro, que pueda ver. No pide dinero, ni ayuda material. Pide la luz. Necesita ver.
Jesús realiza el milagro al ver la fe de aquel hombre necesitado de compasión. Una vez curado, dice el evangelista que lo seguía por el camino. El beneficiado del milagro se convierte en seguidor de Jesús. Es la respuesta lógica a la gracia recibida. De modo indirecto, se dice que la visión que otorga Jesús nos sitúa en el seguimiento de su persona. El camino es él mismo, que va delante de nosotros para no perdernos. Podemos decir que la visión física no es nada comparada con la visión espiritual, que nos permite discernir el camino de la verdad para llegar a la meta. En otro pasaje del evangelio de Juan, Jesús cura a un ciego de nacimiento. Los fariseos no quieren aceptar que Jesús ha hecho el milagro y someten al ciego a un sin fin de preguntas dudando de que fuera ciego. Al final, Jesús pronuncia una sentencia que pone al descubierto la paradoja del hombre que, ante la acción de Dios, se niega a creer: «Para un juicio he venido a este mundo —dice Jesús—: para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos». Al escuchar estas palabras, los fariseos le preguntan con ironía: «¿También nosotros estamos ciegos? Jesús les contestó: Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado, pero como decís “vemos”, vuestro pecado permanece» (Jn 9,39-41).
El hombre de hoy adolece de autosuficiencia. Creemos que captamos en profundidad el misterio de la vida. Nos parece que nuestra visión de las cosas es certera, objetiva, sin margen de error. Esta actitud nos impide, aunque sea de modo inconsciente, abrirnos al horizonte de la fe. Como dice Jesús, somos ciegos que creen ver, seguros de sí mismos y de sus conocimientos adquiridos. Necesitamos sentirnos ciegos ante el gran misterio de la vida humana. Pedir la limosna de la luz, suplicar la compasión de Dios. Sólo entonces se opera el milagro porque Dios escucha el grito de sus hijos.

 

+ César Franco
Obispo de Segovia

Miércoles, 24 Octubre 2018 09:17

Comunicado oficial Obispado de Segovia

Nota de la Diócesis de Segovia sobre el uso de templos y objetos religiosos

El Obispado de Segovia quiere salir al paso de algunas noticias referidas al uso de templos para conciertos y a la administración de otros objetos religiosos sagrados.

La Iglesia considera que los templos dedicados al culto son lugares que han sido consagrados para que se dediquen a la Liturgia y a la transmisión de la fe. El último responsable de que este fin se cumpla es el Obispo. Para ello, nombra un administrador, ordinariamente el párroco en cada parroquia, o una institución religiosa que actúa en su nombre

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Normativa sobre conciertos en Iglesia

Viernes, 19 Octubre 2018 08:49

Cambia el Mundo.

 

La campaña del Domund para este año se presenta bajo el lema «cambia el mundo». Puede parecer pretencioso y utópico, pues muchos consideran que es imposible cambiarlo. Existen motivos para el desencanto. La llamada posmodernidad se caracteriza, entre otras cosas, por la desilusión ante las ideologías o «mitologías», según la terminología de G. Steiner, que han pretendido sin éxito cambiar el mundo. Quienes esperaban que, después del fenómeno conocido como la «muerte de Dios», el hombre, liberado de la supuesta «esclavitud» religiosa, conseguiría lo que las religiones no han logrado, ocuparía el lugar de Dios y construiría un mundo feliz, se han visto obligados a reconocer el fracaso. La pregunta sigue formulada: ¿Es posible cambiar este mundo?
La Iglesia no tiene duda: es posible. Este mundo puede cambiar si cambian los hombres ayudados por la gracia de Dios. Es verdad que el cambio definitivo del mundo sólo sucederá con la venida gloriosa de Cristo cuando todo le sea sometido y la muerte vencida para siempre. Pero el mundo ha empezado a cambiar desde que el Hijo de Dios asumió nuestra carne, murió y resucitó para llevarnos al Padre. Ahí empezó el cambio que no tiene vuelta atrás. Por eso, la Iglesia no deja de anunciar a Cristo como esperanza del mundo. Él es el motor de la historia que la lleva a plenitud, entre luces y sombras, ciertamente, pero con la certeza de que el bien es más poderoso que el mal y la verdad triunfa siempre sobre la mentira.
El Domund nos invita a la esperanza, porque nos urge a convertirnos en testigos del Resucitado y nos propone el anuncio del Evangelio como la fuerza más eficaz para cambiar el mundo. Ser discípulos misioneros, como quiere el Papa, es vivir con la convicción de que Cristo puede cambiar el corazón del hombre y convertirlo en germen y fermento del mundo nuevo que anhelamos. En torno a cada cristiano y a cada comunidad que vive con sinceridad su fe y se entrega a Cristo como instrumento dócil en sus manos, se hace realidad la transformación de este mundo y se adivina lo que puede llegar a ser si todos los hombres se dejaran renovar por el amor de Dios. Dios no se niega a sí mismo cuando nos promete que hay un cielo nuevo y una tierra nueva donde habita la justicia, la misericordia y la paz.
¿Cómo llegar a ello? El Papa Francisco nos lo ha recordado recientemente en su carta Gaudete et Exsultate sobre la santidad en el mundo actual: viviendo y practicando las bienaventuranzas. Cada cristiano, que cree en la santidad y se ejercita en ella, se convierte en ese nuevo mundo, real y palpable, que contradice cualquier ideología meramente intramundana y que es capaz de suscitar en los hombres la esperanza de que este mundo tiene en su entraña la fuerza sanadora y transformadora de la gracia de Cristo. Por eso el Papa se dirige a cada cristiano y le dice: «Tú también necesitas concebir la totalidad de tu vida como una misión. Inténtalo escuchando a Dios en la oración y reconociendo los signos que él te da. Pregúntale siempre al Espíritu qué espera Jesús de ti en cada momento de tu existencia y en cada opción que debas tomar, para discernir el lugar que eso ocupa en tu propia misión. Y permítele que forje en ti ese misterio personal que refleje a Jesucristo en el mundo de hoy» (GeE 23).
Esta es la esperanza que no defrauda nunca, ni al cristiano ni al mundo: Saber que Dios nos ofrece vivir para la misión, es decir, para que en cada uno de los redimidos por Cristo se forje su propio misterio personal y en cada uno se refleje el único que tiene poder para hacer nuevas todas las cosas.

 

+ César Franco
Obispo de Segovia.

Martes, 09 Octubre 2018 07:53

Iglesia en Segovia. Septiembre 2018

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Lunes, 08 Octubre 2018 10:56

Revista Diocesana. Octubre 2018

 

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Lunes, 08 Octubre 2018 10:25

Programación Pastoral 2018-2019.

La diócesis de Segovia , presentó el pasado viernes la Programación pastoral Diocesana.

En ella se detallán los diferentes ejes que marcan el camino de la Iglesia en Segovia para los próximos años. Un libro de ruta para sacerdotes y laicos en su trabajo diario.

Viernes, 05 Octubre 2018 09:36

Hacer Visible a Cristo

Hacer visible a Cristo

(Plan diocesano de pastoral 2018-20121)

 

Coincidiendo con la fiesta de la Virgen de la Fuencisla, se ha presentado a los sacerdotes el Plan diocesano de Pastoral para el próximo trienio, que pronto se hará público. El objetivo fundamental para estos tres años puede resumirse en hacer visible a Cristo mediante el encuentro personal y comunitario con él. Nada nuevo, pero siempre nuevo, porque la identidad cristiana y eclesial se reducen a esto: vivir con alegría el encuentro con Cristo para compartir con los demás el regalo que hemos recibido al ser cristianos. La Iglesia sólo vive para esto. Desde su llegada a la sede de Pedro, el Papa Francisco nos ha prevenido contra el peligro de que la Iglesia se refiera a sí misma, y no a Cristo. Por eso, la llamada a la misión es consecuencia de vivir referidos siempre a Cristo hasta convertirnos en signos elocuentes de su presencia en el mundo.

            Este ambicioso proyecto no se logrará por supuesto en tres años. Desde sus orígenes, la Iglesia intenta hacerlo realidad. Nosotros somos sólo un eslabón de la cadena que continuará hasta el fin de la historia. Pero conviene tener las ideas claras para saber cuál es la misión del cristiano en el mundo. Decía san Juan Crisóstomo que si los cristianos viviéramos el evangelio de verdad, no se necesitaría la predicación. Bastaría la vida de los cristianos para hacer creíble la vigencia de Cristo en cada época.

            Este objetivo general se desgrana en seis objetivos específicos que nos ayudarán a no quedarnos en principios teológicos que parecen abstractos.  De la mano de la exhortación apostólica del Papa Francisco, «Alegraos y Regocijaos», invitamos a todos los cristianos a avanzar en el deseo de ser santos estudiando la exhortación y favoreciendo la formación bíblica y el acompañamiento de comunidades cristianas y cofradías especialmente en las Cuaresma. Sería el primer objetivo.

            Un segundo objetivo busca potenciar aún más la corresponsabilidad en las comunidades cristianas renovando estructuras y potenciando el trabajo en los arciprestazgos y el fomento del asociacionismo seglar. El tercero pretende revitalizar la familia como iglesia doméstica, formando grupos de familias, visitándolas en sus casas y ayudándolas a iniciar en la vida cristiana a sus hijos.

            Dada la importancia de los medios de comunicación y difusión, y el uso que hacemos de ellos en la vida ordinaria y parroquial (redes sociales, hojas parroquiales, etc.), se pretende, en el cuarto objetivo, elaborar un plan de comunicación diocesano y difundir la actividad de las comunidades cristianas y de la diócesis para que llegue a más destinatarios.

            El quinto objetivo se refiere a la dimensión social de la evangelización y la opción por los pobres, detectando las situaciones de vulnerabilidad y elaborando un plan de acogida e integración de los emigrantes en nuestros proyectos pastorales. Finalmente, queremos, en el sexto objetivo, cuidar y fomentar el discernimiento vocacional acompañando a las nuevas generaciones en la difícil pero necesaria tarea de descubrir cuál es el plan de Dios sobre cada uno: matrimonio, vida consagrada, sacerdocio, vocación misionera. El pasado día 3 de Octubre comenzaba el sínodo de Obispos en Roma dedicado al tema de la fe de los jóvenes y el discernimiento vocacional. Esperamos que nos ilumine en esta acción prioritaria de la Iglesia.

            Al despedir a la Virgen de la Fuencisla, como Obispo de Segovia, ponía este plan en sus manos de madre. Estoy seguro que su ayuda no nos faltará. Espero que las comunidades cristianas y cada cristiano lo acoja con ilusión y todos arrimemos el hombro. De ello depende, en gran medida, que Cristo resplandezca en el rostro y la vida de cada bautizado.

+ César Franco

Obispo de Segovia

Miércoles, 26 Septiembre 2018 06:45

Encuentro de familias. Navares de las Cuevas.

El próximo domingo día 7, la diócesis de Segovia organiza un encuentro de Familias, en la localidad segoviana de Navares de las Cuevas.
Bajo el Lema “El camino de la Alegría” se desarrollará una jornada festiva con diferentes actividades para niños, adolescentes y donde también la presencia y participación de los padres cobrará especial significado.
Dará comienzo con un acto de acogida a las 11 de la mañana, para pasar a realizar diferentes talleres, encaminados a profundizar en nuestra Fe.
La Eucaristía será celebrada a las 5 de la tarde en la ermita Virgen del Barrio.