Acaba de comenzar el plazo para que las familias tomen una de las decisiones más importantes para el próximo curso: la elección del centro escolar en el que van a estudiar sus hijos. La Constitución, en su artículo 27, ampara la libertad de los progenitores de elegir el tipo de enseñanza que buscan para sus hijos, pudiendo optar tanto por centros de enseñanza católicos como, aún siendo públicos, cursar la asignatura de Religión y Moral Católica. Cabe destacar, como quedó patente en el reciente congreso nacional, que la apuesta de la Iglesia por la educación sigue siendo fuerte. Pero no es solo la institución quien mantiene ese empeño y ofrecimiento, también viene reclamada por una buena parte de la sociedad.

En nuestra Diócesis, es la Delegación de Enseñanza quien se encarga de organizar y coordinar al profesorado de la asignatura de Religión y Moral Católica que se imparte en los centros educativos públicos de Infantil, Primaria y Secundaria de capital y provincia. Un equipo de profesores con formación teológica que imparten una asignatura que dista de la catequesis que se ofrece en las parroquias como formación para recibir un sacramento. Así desde la Delegación diocesana de Enseñanza animan a los padres a apuntar a sus hijos en esta asignatura «porque les ofrecemos nuestra forma de entender tanto a las personas como el mundo que nos rodea, aportando a los adultos del futuro una educación integral desde un humanismo cristiano».