Print this page

UN DOMUND PARA REFLEXIONAR SOBRE LA MISIÓN DE CADA UNO

El delegado diocesano del Secretariado de Misiones, D. Isaac Benito Melero, ha estado acompañado esta mañana por D. José Ponce y D. Fidele Nkanza para presentar la campaña de la Jornada Mundial por la Evangelización de los Pueblos, el DOMUND, que celebramos el domingo 18 de octubre.

«Aquí estoy, envíame» es el lema de este año, unas palabras que nos recuerdan que todos tenemos una misión que cumplir. De forma especial, como ha resaltado D. Isaac, recordamos al más de centenar de misioneros que la diócesis tiene repartidos por los cinco continentes. El delegado de misiones ha querido recordar que, «la forma más importante de colaborar es con la oración, pero no la única». De esta forma, ha añadido que se puede colaborar con el DOMUND con tiempo, ejerciendo de misionero permanente o voluntario y, como siempre, con aportaciones económicas.

En este último apartado se ha detenido D. Isaac para recordar que, a causa de la pandemia y las restricciones de aforo en los templos, este año hay más posibilidades de colaborar de manera telemática. Así, se puede hacer un donativo mediante BIZUM, por transferencia bancaria en la cuenta de las Obras Misionales Pontificias (OMP), por teléfono o a través de la página web del DOMUND.

Asimismo, también ha resaltado que, como novedad, este año ha surgido una nueva forma de colaboración, una carrera virtual que se desarrollará los días 17 y 18 de octubre.

Un mexicano en Segovia

ponce Por su parte, D. José Ponce ha querido contar su historia personal. Originario de México, ha dicho que es una de esas llamadas «vocaciones tardías», puesto que ingresó en los Operarios del Reino de Cristo en 2003. Ponce ha destacado que su motivación ha sido siempre la cita bíblica «reconciliaos con Dios» (Cor2, 5-20), la cual le ha llevado siempre a actuar respondiendo a la pregunta «¿qué podemos hacer para vivir así, reconciliados con Dios?».

 Asimismo, ha subrayado que la misión no es solo ir a un país lejano a colaborar con sus gentes, sino «ayudar al de al lado, aquí y ahora». La misión de cada uno ha de ser colaborar con quien más lo necesita también en la cercanía, «y si doy para hacer más, lo haré con mucho gusto», ha concluido el mexicano.

 

Del calor del Congo al frío de la sierra


fideleDe su lado, D. Fidele Nkanza, natural de la República Democrática del Congo, ha comenzado relatando sus orígenes en una familia cristiana, puesto que su padre era animador pastoral. «Yo colaboraba como monaguillo, en el coro… sin darme cuenta de que algo estaba surgiendo ahí», ha comentado.

Nkanza ha subrayado que «aceptar la misión no es fácil», ya que supone salir del país de origen para ayudar en otro lugar, añadiendo que lo más importante es aceptar, porque con el Señor «siempre sale bien». Igualmente, ha querido incidir en que la ayuda que se envía a los países necesitados «sí que llega: yo de pequeño llevaba una camiseta que ponía Ibiza sin conocer que eso era España», ha relatado.

Agradecido de que en su país la pandemia no haya llegado ni afectado tan profundamente como aquí, ha querido recordar que nuestra misión es «ayudar al que está en la puerta de al lado», para añadir que la pandemia nos tiene que servir para darnos cuenta de que «debemos abrir nuestro corazón para ayudar a todo aquel que lo necesite, en cualquier ámbito y de cualquier forma».

Finalmente, D. Isaac (quien ejerció como misionero durante 23 años en África) se ha mostrado «agradecido y lleno de gozo» porque José Ponce y Fidele Nkanza son el ejemplo de que «la misión evangelizadora tiene sus frutos».

 

 web domund

Media