La Diócesis entrega el III premio San Alfonso Rodríguez a doña Marcela Sancho

Esta tarde se ha entregado el III premio san Alfonso Rodríguez. El acto ha tenido lugar en el Palacio Episcopal y ha contado con la presencia del Obispo de Segovia, Don César Franco, que ha hecho entrega del galardón a Doña Marcela Sancho. La coral Camerata Regina Mater ha ofrecido un concierto de música para completar la entrega.
El premio San Alfonso Rodríguez, instituido por la Diócesis de Segovia hace dos años, reconoce la labor callada de tantos fieles que han dedicado su tiempo y su cariño a los pequeños servicios cotidianos en favor de la Iglesia segoviana durante gran parte de su vida.
San Alfonso Rodríguez es, junto a Frutos, Valentín y Engracia, el que completa la panoplia de santos segovianos. No hay más que estos y Alfonso es el más cercano a nosotros. Nacido en 1530, fue un pequeño empresario de la entonces pujante industria pañera de la ciudad. Con casi cuarenta años, vio morir a toda su familia, mujer e hijos, y vio como la crisis económica de la época lo dejó arruinado. La vida le llevó a Palma de Mallorca, donde se santificó trabajando de portero de colegio. Fue, durante otros cuarenta años, hasta su muerte, el chico -el hombre- de los recados sirviendo con prontitud y sencillez a los que llamaban a la puerta.
En nuestros días, hay muchos San Alfonsos Rodríguez entregados a una multitud de labores muy necesarias que nos pueden pasar desapercibidas. Una de estas personas ha sido doña Marcela Sancho Álvaro, de 70 años, natural de Mata de Cuéllar y feligresa de La Lastrilla, que se ha entregado al cuidado del templo de El Sotillo y a sus labores pastorales desde antes incluso de su erección, hace 22 años. Encargada de las llaves de la iglesia, dedicada precisamente a San Alfonso Rodríguez, ha cuidado con mimo todo lo que se le ha pedido: la atención al altar, la limpieza, la catequesis, la preparación de las celebraciones…