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«Si te lo cuestionas todo, cuestiónate por qué no ir a religión».

El día 6 de Abril se presentaba la campaña de la Iglesia, que, con el slogan «me apunto a Religión», invita a padres y alumnos a escoger la asignatura de religión para su currículum. Este año está pensada especialmente para alumnos que no se apuntan a religión, por indiferencia, por carecer de fe u otros motivos. La presentación, el vídeo, los carteles gráficos y cuñas de radio están colgados en la página web de la Conferencia Episcopal. Todo invita a cuestionarse sobre la opción por la religión. Opción de libertad, necesaria para una formación integral y con demanda social.

            El adolescente y el joven de hoy se cuestionan todo. Este es el punto de partida de la campaña: se cuestionan su lugar en la vida, si triunfarán o no, si sufrirán la soledad o encontrarán quien les quiera. También se cuestionan si debe hacerse un tatuaje en uno u otro brazo… ¿Por qué no cuestionarse estudiar religión? Se trata de superar muchas ideas preconcebidas que se tienen sobre el fenómeno religioso y las religiones en general. Apuntarse a religión es abrir el horizonte de la propia experiencia  vita ya que lo religioso es una dimensión esencial del ser humano, que podemos desarrollar o frustrar. Es fundamental cuestionarse. Para apuntarse a religión no es preciso tener fe; basta tener preguntas, inquietudes, curiosidad sana sobre lo que aporta la religión a la vida del hombre.

Si en todas las culturas existe el hecho religioso es porque  pertenece a la condición humana, puesto que el hombre es quien genera las culturas. La religión no es un hecho cultural más: cultiva la dependencia de Dios, alienta el deseo de vivir para siempre, conforma la conciencia moral, y ayuda a hacer el bien para vencer el mal. Todo lo que religa al hombre con ese mundo que nos trasciende, y en cuyo origen se encuentra Dios, pertenece a la religión. ¡Cuestiónatelo!

+ César Franco

Obispo de Segovia,

Presidente de la Comisión de Enseñanza.

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