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Centenario Coronación Virgen de la Fuencisla

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FUENCISLA 

El mes de septiembre en Segovia... es un mes para María.

Este año 2016, jubilar en nuestra diócesis, vive un programa especial para estos días.

 

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En este documento puedes consultar las diferentes actividades, 

novena y celebraciones con motivo del día de la Virgen de la Fuencisla.


Presentación del Año Jubilar por nuestro obispo


La coronación de la imagen de la Virgen de la Fuencisla, el 24 de Septiembre de 1916, fue un momento de gracia para la diócesis de Segovia. La coronación de una imagen de María hace visible el dogma de su Asunción a los cielos y su realeza sobre cielos y tierra. Es, por tanto, una expresión de la fe católica y de la maternidad divina de María. Por ello, cuando la imagen de la Virgen lleva al niño en sus brazos, se corona al Hijo en primer lugar, y después a la madre.

El centenario que se iniciará el día 1 de Enero de 2016 debe ser también un año de gracia. Por esta razón hemos solicitado de la Santa Sede que sea declarado Año Jubilar y que los fieles puedan gozar de la Indulgencia Plenaria. Todos los actos que se contemplan en este programa están orientados a acrecentar la devoción a María, Madre de Dios y Madre nuestra, y a fortalecer la fe de los cristianos de Segovia.

El programa de este primer centenario de la coronación de la Virgen de la Fuencisla debe insertarse en el Plan Pastoral diocesano y en la espiritualidad del Año Jubilar de la Misericordia, convocado por el Papa, que él mismo iniciará para toda la Iglesia universal precisamente en la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Gracias al sí de María, ha entrado en la historia de los hombres la Misericordia infinita de Dios encarnada en Jesucristo. De ahí que María nos conduzca siempre a Cristo y sea nuestra Madre en la fe.

Pido al Señor que todo lo que realicemos durante este año jubilar sirva para nuestra conversión personal y comunitaria y no nos quedemos en lo meramente externo, sino que seamos cada vez mejores cristianos, testigos de la misericordia de Cristo en el mundo. Todo debe contribuir a crecer en la vida de santidad, de modo que nuestra Iglesia diocesana brille por las obras de misericordia. Así, junto a la corona material que luce la imagen de la Fuencisla, sus hijos formaremos una corona más bella e imperecedera, la corona de los redimidos por Cristo, y seremos de este modo el orgullo de nuestra Madre como ella es el orgullo de sus hijos de Segovia.

Con mi bendición y afecto.

 Mons. César Franco, obispo de Segovia


ACTOS DEL CENTENARIO


ACTIVIDADES RELIGIOSAS 

Eucaristía de inauguración del Centenario. En el Santuario, presidida por el obispo de la diócesis, con la participación del grupo Audite. Viernes, 1 de enero de 2016, 18.00h.

Celebración del sábado, día dedicado a María. En el Santuario, después de la misa. Todos los sábados de mayo a octubre.

Romería por arciprestazgos y parroquias al Santuario: “ven con nosotros a caminar”. En los meses de mayo y junio.

Novena en Honor de la Virgen de la Fuencisla. Este año, con motivo de la celebración del Centenario, todos los actos tendrán un mayor esplendor, que se concretarán en su correspondiente programa específico.

Consagración ante la Virgen de la Fuencisla de los niños bautizados durante el año. En el Santuario. 19 de noviembre de 2016, 17.30h.

Eucaristía de clausura del Centenario. En el Santuario. 1 de enero de 2017, 18.00h

 

ACTIVIDADES CULTURALES:  

Ciclo de conferencias: “Segovia y la Virgen de la Fuencisla”. Se concretarán en su correspondiente programa específico.

Exposición temática. De septiembre a octubre, en el Claustro del Seminario

Música. Conciertos Corales. A cargo deEscolanía de Segovia, Voces de Castilla, Tutto Voce, Audite, Algarabía Ágora. Se darán a conocer en los programas correspondientes.

Conciertos de Órgano. A cargo de la Asociación Correa de Arauxo. Se celebrarán en la S.I. Catedral y en el Santuario, según programa específico.

Encuentro homenaje a la Virgen de la Fuencisla de grupos de folclore popular de Segovia y su Tierra. Se celebrará en septiembre, en el Enlosado de la Catedral, según programa particular.


PROYECTO SOCIAL  


Economato social y tienda solidaria Virgen de la Fuencisla, organizado por Cáritas de Segovia.


OTRAS ACTIVIDADES  


Jornadas de puertas abiertas al santuario de la Virgen de la Fuencisla. Entrada libre al santuario, según los horarios del mismo. Además se organizarán visitas guiadas, con explicaciones sobre la historia del lugar donde se encuentra ubicado el santuario, el edificio y su interior (iglesia, museo, sacristía y camarín de la Virgen). Fechas: 7 y 28 de mayo, 15 de agosto, 8 de septiembre y 8 de diciembre. Imprescindible cita previa.

Concurso infantil de pintura y poesía. Convocatoria dirigida a los niños y adolescentes de la clase de Religión.

Concurso de fotografía. Tema: “Novena de la Virgen de la Fuencisla 2016”. Las bases del concurso se darán a conocer a lo largo del año.


ESCRITOS CON MOTIVO DEL AÑO JUBILAR


Jubileo de la Virgen de la Fuencisla

Por: D. Rául Anaya, Vicario de Pastoral

 

El 2016 es un año de gracia para la Iglesia universal y para la diócesis de Segovia por partida doble. Al Año Jubilar de la Misericordia sumamos el Año Jubilar por el Primer Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Fuencisla. Para cumplir con la llamada a ser misericordiosos como el Padre contamos no sólo con la contemplación del rostro misericordioso de Dios, sino también con esos ojos misericordiosos de nuestra Madre la Virgen María.

Coronar canónicamente a una imagen de la Virgen es reconocer la relevancia de su devoción y los favores recibidos de ella. La historia de Segovia avaló aquel reconocimiento de entonces y de ahora. Será necesario mostrar la magnitud de nuestra devoción a la Virgen de la Fuencisla con la participación en las distintas actividades programadas para este centenario, sobre todo la novena. Pero no sólo. También tenemos que hacer auténtica la devoción con nuestra vida y, en concreto, con la práctica de las obras de misericordia. No olvidemos que honrar a la Madre es obedecerla, y ella nos dijo y sigue pidiéndonos: “Haced lo que Él os diga”.  

Este año nuestros pasos se encaminarán hacia la Catedral y hacia el Santuario de la Fuencisla, individualmente y en peregrinaciones que organicen las parroquias, arciprestazgos y otros colectivos. La Virgen, como madre, nunca será una sombra que impida la fe en su Hijo, sino todo lo contrario, de forma que este doble año jubilar en la diócesis será una excelente oportunidad para unirnos más a Cristo. Y desde Cristo y con la ayuda de María, Ntra. Sra. de la Fuencisla, ser testigos de esa fe en medio de nuestra sociedad segoviana, que necesita de nuevo ser evangelizada en sus nuevas generaciones. La gracia sobreabundará por parte de Dios; si nosotros sabemos poner la buena tierra de nuestros corazones, el fruto estará servido.

Cristo y María: la gracia de la misericordia

Por el Obispo: Mons. César Franco

 

Hemos comenzado el año 2016 con dos signos elocuentes de la misericordia de Dios. El 13 de diciembre abríamos la «puerta del perdón» de nuestra Iglesia madre, la catedral, inaugurando así el Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco. El 1 de enero se iniciaba en nuestra diócesis el Primer Centenario de la Coronación Canónica de la imagen de Ntra. Sra. de la Fuencisla. Es hermoso pensar que el Hijo y la Madre coinciden en mirar a la diócesis de Segovia con especial ternura en estas celebraciones jubilares.

Cristo y María, su Madre, aparecen ya unidos en las primeras páginas del Génesis cuando se anuncia la salvación después de la caída de nuestros primeros padres. Dios, rico en Misericordia, no ha tardado en responder a la necesidad del hombre caído. Ha vuelto su mirada hacia él, y le ha tendido la mano para sacarle de la oscuridad del pecado y de la muerte.

A medida que el pueblo de Israel avanzaba en su historia, Dios le fue dando pruebas de su misericordia y renovando su alianza de amor, a pesar de los pecados que cometía. Uno de sus más grandes profetas, Isaías, anunció el nacimiento del Enmanuel concebido en el seno de una virgen. Cuando llega la plenitud de los tiempos conocemos el nombre de esa Virgen: María. Y sabemos que en esa concepción virginal Dios nos ha dado el signo definitivo de su misericordia, que no tiene vuelta atrás. Dios se ha unido definitivamente a los hombres en su propio Hijo, que comparte con nosotros todo, menos el pecado. Cristo es la misericordia viva del Padre, en cuyo rostro contemplamos el amor infinito de Dios por el hombre. Y en María contemplamos la puerta del cielo, porque, gracias a ella, Dios mismo desciende a nosotros para ungir nuestras heridas con el bálsamo de su misericordia.  María es, junto a su Hijo, el don de Dios que nos permite disfrutar del perdón, la liberación y la redención de nuestros pecados.

María no se explica sin Cristo. Y Cristo ha necesitado del «fiat» de María para hacerse hombre como nosotros. Este vínculo entre Cristo y María hace que sus voluntades se unan de modo admirable, y que sus corazones estén en perfecta sintonía. En las bodas de Caná, por ejemplo, María descubre la necesidad de los novios haciendo notar que les falta el vino de la salvación, no sólo el vino de la boda. Y reclama de Cristo la actuación de modo que manifieste su «hora», es decir, el momento de la salvación definitiva. Parece que María se anticipa a Cristo, con la intuición de la Madre, que detecta las necesidades de sus hijos. Y Cristo accede a la súplica de su Madre, aunque deje claro que sólo a él le corresponde cumplir el tiempo de la salvación.

Al pie de la cruz, el momento en que Dios nos manifiesta de modo definitivo su misericordia, María se convierte en la Madre de la Iglesia por voluntad explícita de Cristo. Diciendo a Juan «ahí tienes a tu madre», se lo dice a cada cristiano y a la Iglesia en su totalidad representada en el apóstol fiel. La misericordia que Cristo ha tenido con nosotros dándonos a su propia Madre, hace de María la Madre de la Misericordia porque, como una nueva Eva, la Mujer nueva, está llamada a reunir en torno a Cristo a los hijos dispersos y mantenerlos en la fidelidad al Hijo de Dios. Por eso san Agustín la llama «Madre de la Unidad». ¿Hay misericordia mayor que ésta? ¿Hay mayor gozo que sabernos acompañados por la Madre que ha llevado en sus entrañas al Hijo de Dios? ¿Existe mayor consuelo que el de saber que nunca seremos huérfanos en tantas orfandades como nos depara la vida? ¡Qué gran oportunidad nos brindan ambos jubileos, el universal y el diocesano, para repetir con el salmo, llenos de alegría: «Eterna es, Señor, tu misericordia». Así cantó María en su Magníficat y así lo hará la Iglesia hasta el fin de los tiempos.

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