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Escuela de Teología

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y Formación del laicado. 

 


Primer año de formación de laicos

ASIGNATURAS PARA EL CURSO 2016-2017

Las tres primeras asignaturas se podrán cursar también como alumnos oficiales de Ciencias Religiosas (CCRR).

-           En el caso de los alumnos oficiales de CCRR asumirán las condiciones (tasas, requisitos académicos previos, etc.) del ISCCRR Sección a Distancia de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso (Madrid)[1].

-           En el caso de alumnos oyentes la aportación será de 50€ e incluye un manual de estudio.

Introducción a la Sagrada Escritura

Profesor: Santos Monjas Aguado

Horario: Lunes de 19.30h a 20.30h (quincenal)

Descripción de la asignatura: 

A lo largo del curso lo alumnos alcanzarán los conocimientos básicos y las destrezas elementales que les permitan ir comprendiendo la Sagrada Escritura en su doble dimensión de palabra divina y palabra humana. Estos conocimientos servirán de fundamento para los cursos específicos sobre los distintos grupos de libros de la Biblia. Se estudiará el proceso de formación del texto bíblico y la composición del canon de las Escrituras. Se prestará especial atención a los documentos pontificios emanados en los últimos años. El alumno se familiarizará con diversos métodos exegéticos como base de futuras tareas de enseñanza o catequesis.

TEXTO GUÍA: A. GIMÉNEZ, Introducción a la Sagrada Escritura (Manual del ISCCRR.D; Ed. U. San Dámaso, Madrid 2015).

Evangelios sinópticos y Hechos de los apóstoles

Profesor: Ángel García Rivilla

Horario: Lunes de 17h. a 18h. (quincenal)

Descripción de la asignatura:

Se estudia el contexto histórico, social, político y religioso  de la época de Jesús. ¿Qué es un evangelio? ¿Por qué se escribieron? ¿En qué fechas? ¿De qué fuentes dependen? ¿A qué se debe que los relatos de los sinópticos sean bastante semejantes? ¿Por qué La Iglesia distingue entre canónicos y apócrifos? Esta asignatura nos ayudará a responder a estas preguntas. Finalmente, se estudia el libro de los Hechos de los Apóstoles. Su valor histórico, las fuentes de que depende, fecha de composición y su teología.

TEXTO GUÍA: J.M. GARCÍA,  Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles (Manual del ISCCRR.D 1.8; UESD, Madrid 2016).

Introducción a la teología

Profesor: Juan-Cruz Arnanz Cuesta

Horario: miércoles de 18h a 19h (quincenal)

Descripción de la asignatura:

El curso es de carácter introductorio. Se comienza describiendo la naturaleza de la teología y su objeto de estudio. Posteriormente se analiza el método teológico y las fuentes de la teología. Se finaliza con un breve recorrido por la historia de la teología.

TEXTO GUÍA: Introducción a la Teología, (Ed. ISCCRR “San Agustín”, Madrid 2011 [4ª ed., 13ª reimpr.]).

¿Fue Jesucristo realmente sacerdote? Explicación de la Carta a los Hebreos.

Profesor: Mons. César A. Franco

Horario: Miércoles de 19h a 20h (quincenal)

Descripción de la asignatura:

La Carta a los Hebreos es el único documento del Nuevo Testamento que otorga a Cristo el título de Sacerdote. Aunque es una absoluta novedad, esta designación se fundamenta en la tradición cristiana primitiva, que el autor de Hebreos conoce y profundiza. Con este curso dedicado a Hebreos se pretende explicar que Jesucristo es el definitivo sacerdote que permite el acceso de los hombres a Dios y establece el culto auténtico basado en la entrega a Dios de toda la existencia. Se mostrará que Hebreos es un tratado sobre Cristo y un documento eminentemente pastoral de plena vigencia.

TEXTO GUÍA: A. VANHOYE, Carta a los hebreos, (col. Comprender la Palabra, BAC, Madrid 2014)

      Días lectivos para las cuatro asignaturas ofertadas:

Las asignaturas de los lunes:

24 de octubre 2016

7 y 21 de noviembre 2016

5 y 19 diciembre 2016

16 y 30 de enero 2017

13 y 27 de febrero 2017

13 y 27 de marzo 2017

24 de abril 2017

8 de mayo 2017

Las asignaturas de los miércoles

19 de octubre 2016

2, 16 y 30 de noviembre 2016

7 y 21 de diciembre 2016

18 de enero 2017

1 y 15 de febrero 2017

8 y 22 de marzo 2017

5 y 26 de abril 2017

3 de mayo 2017

En próximos cursos:

SEGUNDO AÑO

¿Es razonable creer?

Pentateuco y libros históricos

Introducción a los sacramentos

Los escritos de san Pablo

TERCER AÑO

¿Es tan especial el evangelio de San Juan?

La iniciación cristiana

¿Y vosotros quien decís que soy yo?

¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?

Libros proféticos y sapienciales

CUARTO AÑO

¿Qué supone que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo?

Iglesia ¿quién eres?

Vivir de la fe, vivir en Cristo

Y después de la muerte ¿quién nos espera?

 

 

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Hoja de inscripción para los cursos de formación del laicado


[1] Los alumnos que decidan realizar los estudios oficiales de CCRR podrán cursas además otras asignaturas del plan. Bien en modalidad on line o tutorial. Véase: www.iitdistancia.org/scripts/iitdistancia/bachillerato.asp

Director de la Sección Instituto de Ciencias Religiosas “San Agustín”: D. Juan-Cruz Arnanz Cuesta
Coordinador Cursos Arte Sacro: D.
Coordinador Cursos Formación Cristiana (Cursos bíblicos):  D. Ángel García Rivilla
SEDE: C/ Seminario, 4.
40001 SEGOVIA
Tel. 
921 46 00 26 // 921 46 03 96
email:extensió
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

 

Un seminario menor arraigado en la familia

 

 



Un seminario menor para Segovia, arraigado en la familia. Queridos diocesanos:Después de haber consultado a la diócesis en diferentes niveles, he llegado a la conclusión de la urgente necesidad de un seminario menor en estrecha relación con las familias que deseen acoger y compartir esta experiencia.

1. Situación actual y sus causas.
El clero envejece. Dentro de cinco años, los sacerdotes diocesanos con edad de jubilación (75 años) dejarán muchos puestos vacíos sin posibilidad de sustitución. Las ayudas que recibimos de sacerdotes extradiocesanos son provisionales. En la actualidad, Segovia sólo tiene un seminarista mayor, lo que significa que en el futuro próximo no se ordene ningún nuevo sacerdote. Sería irresponsable no contemplar este urgente problema sin ofrecer soluciones adecuadas a su gravedad.
En las reflexiones de los diversos consejos y grupos se constatan diversas causas de esta situación: secularización de la sociedad, escaso o nulo compromiso de las familias en la formación cristiana de sus hijos, falta de comunidades vivas en las que se estime la vocación al sacerdocio, ridiculización en diversos ambientes de la fe y de los niños y jóvenes que pretenden vivirla, procesos catequéticos en los que está ausente la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada, carencia de testimonio atractivo y de alegría por la vocación en quienes somos sacerdotes, falta de acompañamiento de niños y jóvenes que ayude al discernimiento vocacional. Y otras más que se refieren al modo de entender la vida sin referencia a las preguntas fundamentales del ser humano y a factores sociales y culturales que impiden platearse la cuestión de Dios y la de la entrega a él de por vida.

2. Orar y trabajar por el seminario menor
La diócesis de Segovia debe reaccionar positivamente ante esta situación, avivando sus raíces cristianas y responsabilizándose de modo comunitario de este problema. Debemos orar al Señor con todas nuestras fuerzas. Pero no sólo. Hay que poner la mano en el arado y trabajar para que la llamada de Dios a niños y jóvenes tenga respuesta. Deben hacerlo, en primer lugar, las familias, animando a sus hijos al sacerdocio, si Dios les llama. Los procesos catequéticos y la preparación a los sacramentos de la eucaristía y la confirmación deberían suscitar vocaciones para la Iglesia. Sacerdotes y catequistas debemos discernir los signos de la llamada de Dios y acompañar a quienes los tienen hacia la madurez de la decisión por Cristo.
Para hacer esto posible, queremos recuperar para la diócesis el seminario menor que, como demuestra la experiencia de tantas diócesis, es un cauce para crecer en la vida cristiana y discernir la llamada de Dios. San Juan Pablo II decía que el fin del seminario menor es «prepararse a seguir a Cristo Redentor con espíritu de generosidad y pureza de intención» y lo definía, siguiendo al Concilio Vaticano II, como una escuela de Evangelio «bajo la dirección paterna de sus superiores, secundada por la oportuna cooperación de los padres…un género de vida que se avenga bien con la edad, espíritu y evolución de los adolescentes, y se adapte de lleno a las normas de la sana psicología, sin dejar a un lado la razonable experiencia de las cosas humanas y el trato con la propia familia».

3. Proyecto del seminario
El Seminario alternaría la vida comunitaria durante la semana con la vida familiar del fin de semana, de modo que los padres no queden excluidos del proceso vocacional, sino que participen en él en estrecha colaboración con el Seminario. La importancia de la vida comunitaria ayuda al ejercicio de muchas virtudes y a la formación de la personalidad en todos los aspectos de la vida: oración, estudio, convivencia, trabajo mutuo, generosidad, amistad verdadera, colaboración en las tareas que hacen más agradable y fecunda la vida común. Se trata de ampliar la vida familiar a la comunitaria con niños y adolescentes de su misma edad. Además, la distribución armónica de las diversas tareas —oración, estudio, convivencia y diversión— ayuda al aprovechamiento del tiempo y al rendimiento de las cualidades personales.
Los que participaran en esta experiencia realizarían los estudios en alguno de los colegios concertados de la ciudad, dirigidos por religiosos o religiosas y vivirían en comunidad en las instalaciones del Seminario, preparado para este fin. Junto a la formación propiamente espiritual, de iniciación a la oración y a la vida cristiana, habría, como es natural, tiempo para el deporte y para otras actividades recreativas y culturales que ayudan al cultivo del espíritu y a la maduración de la personalidad.

4. Vida cristiana y discernimiento vocacional
Quiero invitar a los padres a la reflexión sobre esta propuesta. El Seminario menor no es un internado al uso. Es una experiencia de vida común, orientada al discernimiento vocacional de aquellos muchachos que tienen alguna inquietud vocacional o, sin tenerla, quieren progresar en la vida cristiana y están abiertos a la llamada de Dios, si ésta se diera. Lleguen o no al sacerdocio, la experiencia será enriquecedora porque se alimenta de valores espirituales y morales, que, desde el inicio del cristianismo, constituyen el mejor patrimonio pedagógico de la tradición cristiana: me refiero a las virtudes humanas, morales, sobrenaturales; a vivir con austeridad y sencillez; a saber compartir gozosamente cuanto somos y tenemos; a aprender a mirar el mundo como lo mira Dios; a alcanzar desde pequeños el espíritu crítico que ayude a discernir en el futuro lo que más se conforma a la razón humana y al comportamiento de los hijos de Dios; a aprovechar el tiempo y luchar contra la desidia y la vida fácil que se propone con frecuencia a los niños y adolescentes; a aprender el dominio de uno mismo y el respeto a los demás; a madurar afectivamente en el control de la propia sensibilidad y afectividad; a vivir, en definitiva, bajo la acción del Espíritu de Dios que nos trasforma según el modelo que tenemos en Cristo, el Hombre Nuevo.
Estoy convencido de que esta experiencia puede ayudar a niños y adolescentes de nuestra diócesis a descubrir el plan de Dios sobre ellos y será un punto de referencia para quienes sientan en su corazón la llamada de Dios. Pido a los sacerdotes, catequistas, agentes de pastoral que acojan esta iniciativa y la secunden con convicción, ilusión y entrega. Invito a las familias y comunidades cristianas a seguir reflexionando sobre su responsabilidad en una pastoral vocacional que compromete a toda la diócesis en darse a sí misma los pastores que necesita. Y dirijo a los niños y adolescentes una llamada, como haría el Señor, para que sean generosos y digan sí a Cristo que busca amigos de verdad sin miedo a seguirle y convertirse en colaboradores de su hermosa misión: conducir a los hombres a Dios.
Pongo esta iniciativa y a toda la diócesis en las manos de María, Virgen de la Fuencisla, en este primer centenario de su coronación. Y confiado en su intercesión, le rogamos que, como hizo en las bodas de Caná, le diga a su Hijo: Mira a Segovia, le faltan los sacerdotes que necesita para que siga haciéndose presente ahora y en el futuro tu salvación.

Con mi afecto y bendición.
En Segovia, a 17 de Abril de 2016, Domingo del Buen Pastor.

 

+ César Franco, Obispo de Segovia.

 

 

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Sábado, 05 Marzo 2016 14:51

El valor de un sacerdote

El valor de un sacerdote

 

            Me sorprende muy negativamente en mis encuentros con los jóvenes, adolescentes y niños que, cuando les insinúo si alguna vez han pensado ser sacerdotes, rechacen la idea, casi instintivamente, como si se les propusiera algo poco o nada estimable. Reaccionan como si dijeran: «¿sacerdote, yo?, ¡qué disparate!». Al preguntarme por esta reacción tan instintiva, y buscando sus posibles razones, pienso en la escasa valoración social de los sacerdotes, en la imagen que pueden tener de nosotros, quizás poco atractiva y estimulante, o sencillamente en el desconocimiento de qué es un sacerdote, «un cura de almas», expresión ya poco usada, que ha quedado reducida a «cura» sin más, dicha con más o menos aprecio. Para un obispo, naturalmente, esto da mucho que pensar. Y al acercarse el día del Seminario, no quiero pasarlo por alto.

            Y comenzaré por algo que puede resultar muy fuerte, pero no quiero dejarlo en el tintero. Quien no valora al sacerdote, no valora a Cristo. Es verdad que somos pecadores, que no somos dignos del ministerio recibido, que no podemos ni compararnos mínimamente con él. Sería una pretensión inaceptable. Pero, queramos o no, él nos han hecho ministros suyos, y, con todos nuestros defectos y pecados, tenemos la gracia de hacerlo presente. «Es Cristo quien vive en mí», decía san Pablo. No somos funcionarios de la Iglesia, ni gestores de lo sagrado, ni moderadores de acciones eclesiales, ni simples ejecutores de planes pastorales. ¿Qué somos, pues? Citaré a san Juan Pablo II para apelar a una autoridad indiscutible: «El sacerdote encuentra la plena verdad de su identidad en ser una derivación, una participación específica y una continuación del mismo Cristo, sumo y eterno sacerdote de la nueva y eterna Alianza: es una imagen viva y transparente de Cristo sacerdote» (PDV 12).

            Quien se fija sólo en los pecados de los sacerdotes olvida las palabras del Señor:  «El que esté libre de pecado, tire la primera piedra». Es verdad, somos pecadores. Todos los somos. Ante Dios, nadie puede presumir de justo. Al sacerdote se le exige más, ciertamente, porque ha recibido un ministerio de gracia y santidad, que le sitúa ante Dios y ante los hombres con una vocación ineludible a la santidad. Pero dicho esto, el sacerdote lleva en sus manos los tesoros de la salvación de Cristo, que, a pesar de su pobreza, sólo él puede conceder. Por eso la estima del sacerdote nace de lo que Cristo ha querido poner en sus manos: la salvación de los hombres en el orden de la gracia. Y un pueblo cristiano que no valora a sus sacerdotes es un pueblo que, en cierto sentido, no es agradecido con lo que Cristo ha hecho instituyendo el sacerdocio de la Nueva Alianza.

            En el libro de sus Memorias dice el cardenal J. Daniélou, que «lo mas divino entre las cosas divinas es cooperar con Dios en la vida de las almas». Y esa es la tarea que Cristo ha encomendado a los sacerdotes, porque fue la tarea que Cristo recibió de su Padre. Hoy se valora poco la salvación, la gracia, los sacramentos, la acción de Dios en las almas. Como consecuencia, difícilmente se valorará el ministerio de alguien que se dedica a la «cura de las almas», es decir, a su cuidado, dirección y acompañamiento. Sólo quienes aprecian el hecho de que Cristo ha querido quedarse entre nosotros en la persona misma de quienes tienen autoridad para actuar en su nombre, valoran el misterio que llevamos en nuestros «vasos de barro» y firmarían las palabras de un conversa francesa, Madeleine Delbrel, que salió del ateísmo gracias a la ayuda de algunos sacerdotes, y decía: «La ausencia de un verdadero sacerdote en una vida es una miseria sin nombre; es la única miseria». Quiera Dios que descubran esta verdad los niños, adolescentes y jóvenes, en cuya vida se cruce Cristo, los llame mirándolos a la cara y, dejándolo todo, le sigan alegres de poder ser para los demás «otro Cristo».

+ César Franco

Obispo de Segovia.

 

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                      servicio religioso                    

 

Religiosas de vida activa


En Segovia Capital

Carmelitas de la Caridad
Religiosas: 3
Tel. 921 43 51 34
Dirección: C/ La Vihuela, 5, 2º, C. 40003 Segovia
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web: vedruna.org

Carmelitas Misioneras
Religiosas: 4
Tel. 921 42 04 54
Dirección: Carretera de Villacastín, 20, 5º, A. 40006 Segovia
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web carmiseuropa.org

Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza 

Religiosas: 12
Tel. 921 46 33 72 - 921 46 33 74
Dirección: Plaza Conde de Cheste, 4. 40001 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
email: colegio: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: segovia.concepcionistas.es

Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia 

Religiosas: 2
C/ Malagosto,15, 1º A
40006 Segovia
Tel. 921 43 74 86
email:Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: esclavascarmelitas.org

Hermanitas de los Pobres
Religiosas: 14
Tel. 921 43 85 24
Dirección: Avda. Padre Claret, 7. 40003 Segovia
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Hijas de la Caridad
Religiosas: 8
Tel. 921 43 45 75
Dirección: Carretera de Trescasas, 101, Adosado E-3. 40003 Segovia
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Hijas de Jesús
Religiosas: 8
Tel. 921 42 33 46
Dirección: Avenida Juan Carlos I, 22, 1º, C. 40006 Segovia
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Hijas de Jesús
Religiosas: 12
Tel. 921 46 06 44
Dirección: Plaza Madre Cándida 1. 40003 Segovia
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web: hijasdejesus.org

Religiosas de María Inmaculada
Religiosas: 10
Tel. 921 42 88 10
Dirección: C/ San Francisco, 58. 40001 Segovia
emai: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web

Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada
Religiosas: 3
Tel. 921 46 07 10 - 921 46 07 08
Dirección: C/ Velarde, 6. 40003 Segovia
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Misioneras de Acción Parroquial
Religiosas: 6
Tels. 921 42 00 29 - 921 42 05 91
Dirección: Carretera de Palazuelos 1. 40040 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: residenciasantateresa.blogspot.com

Religiosas Oblatas del Santísimo Redentor
Religiosas: 10
Tel. 921 44 33 34
Dirección: Vía Roma, 12. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

Religiosas de María Reparadora
Religiosas: 8
Tel. 921 42 60 95
Dirección: C/ Marqués de Mondéjar, 4. 40001Segovia
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Siervas de María, ministras de los enfermos
Religiosas: 22
Tel. 921 46 08 18
Dirección: C/ Daoíz, 5. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: siervasdemariacastilla.com

Hermanas Carmelitas de San José
Religiosas: 4
Tel. 921 43 56 17
Dirección: Padres Carmelitas. Paseo Segundo Rincón 5. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web:carmelitasdesanjose.com

Hermanas Franciscanas de María Inmaculada
Religiosas: 3
Tel.921 46 09 63
Dirección: C/ Seminario 4. 40001 Segvia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: franciscanasprovincialamerced.com

En la Provincia

Obra Misionera de Jesús y María
Religiosas: 10
Tel. 921 12 64 32
Dirección: Avenida de Francia. AP.496
40424 LOS ÁNGELES DE SAN RAFAEL (SEGOVIA)
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Religiosas de la Asunción
Religiosas: 27
Tel. 921 48 00 02
Dirección: Calle Asunción 8. 40420 NAVAS DE RIOFRÍO (SEGOVIA)
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Religiosas Franciscanas de María Inmaculada
Religiosas: 3
Tel. Tlfs.: 921 14 16 96 / 921 14 18 61.
Dirección: Residencia de Ancianos “El Alamillo”
Camino de las Lomas s/n. 40200 CUÉLLAR (SEGOVIA)
web: franciscanasprovincialamerced.com

Religiosas Esclavas de Cristo Rey
Religiosas: 15
Tel. 921 48 00 07
Dirección: Casa de Ejercicios. Plaza de la Concepción. 40420 NAVAS DE RIOFRÍO (SEGOVIA)
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web: http://esclavasdecristorey.org/
Programa de Ejercicios Espirituales para el año 2014

Hermanas de la Madre de Dios Virgen Inmaculada Concepción
Religiosas: 4
Tel. 921 54 05 39 (Residencia) 921 54 03 84 (Comunidad).
Dirección: Residencia de Ancianos. Camino Nuevo, 20. 40300 SEPÚLVEDA (SEGOVIA)
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Jueves, 28 Enero 2016 17:34

Asociaciones y movimientos

 Asociaciones y movimientos

1. ACCIÓN CATÓLICA
SEDE: Parroquia de Santa Eulalia.
Dirección: C/ José Zorrilla, 1. 40002 Segovia.

2.ADORACIÓN NOCTURNA
SEDE: Iglesia de San Sebastián.
Dirección: Plz. de San Sebastián, 1. 40001 Segovia.

3. ASOCIACIÓN CRISTIANA DE VIUDAS
SEDE: Plz. del Seminario, 4; 40001 Segovia

4. ASOCIACIÓN CATÓLICA DE MAESTROS
SEDE: Religiosas de María Reparadora.
Dirección: C/ Marqués de Mondéjar, 4; 40001 Segovia.

5. ASOCIACIÓN “PRO VIDA”
Avda. Fernández Ladreda, 27; 40001 Segovia.

6. FRATERNIDAD CRISTIANA DE ENFERMOS (FRATER)
SEDE: FRATER
Dirección: C/ Santa Isabel, 2. 40001 Segovia.
Tel. 921 44 29 20
Boletín "Entremeses"
web: www.frater.asociaciones.segovia.es
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

7. HERMANDADES DEL TRABAJO
SEDE: C/ Joaquín Pérez Villanueva, 6, 1º, B. 40001 Segovia.
Tel. 921 46 32 98

8. MANOS UNIDAS
SEDE: C/ del Seminario, 4; 40001 Segovia
Tel. y Fax 921 46 02 71

9. MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO
SEDE: C/ del Seminario, 4; 40001 Segovia
Tel.921 43 66 33.

10. RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA
SEDE: La Casa de Piedra (Parroquia San Millán)
Dirección: C/ Los Palaires 1 - 40001 Segovia.
Tel. 645586279
Reuniones: los sábados a las 20h. en la Casa de Piedra.

11. UNIÓN EUCARÍSTICA REPARADORA (UNER)
SEDE: Plz. de la Merced, 8. 40003 Segovia.
Tel. 921 46 08 31

12. VIDA ASCENDENTE
SEDE: C/Seminario, 4; 40004 Segovia.
Tel.. 921 46 09 63

13. VOLUNTARIADO VICENCIANO
SEDE: Plaza San esteban s/n (frente a números 3-5 de la plaza)
Tel. 679 994 732.

Domingo, 07 Febrero 2016 14:44

Teléfonos y direcciones (Religiosos)

                            

Religiosos

 

 

 

                    DIRECCIONES Y TELÉFONOS

En Segovia Capital

1. PP. Carmelitas Descalzos
Religiosos: 5
Tel. 921 43 13 49 y 921 43 16 50
Centro de Espiritualidad: Tel. 921 43 19 61
Dirección: Convento de San Juan de la Cruz
C/ Segundo Rincón, 2. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Programa del Centro de Espiritualidad 2015-2016

2. Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca.
Religiosos: no sacerdotes 4
Tel. 921 46 00 74
Dirección: C/ María Zambrano, 3. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

3. Hermanos Maristas. Colegio
Religiosos: no sacerdotes 7
Tel. 921 43 67 61
Dirección: Camino de la Piedad, 8. 40002 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: www.maristassegovia.org

4. Misioneros del Corazón de María. Colegio
Religiosos: no sacerdotes 4 - sacerdotes 8
Tel. Colegio: 921 43 72 60 / 921 42 03 04
Dirección: Avenida Padre Claret,3. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: www.claretsegovia.es

5. Monjes Jerónimos
Religiosos: no sacerdotes: 7 - sacerdotes 4
Tel. 921 43 12 98. Carpintería. 921 44 11 23
Dirección: Subida al Parral 2. 40003 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: www3.planalfa.es/msmparral/parral/

6. Confraternidad Sacerdotal Operarios del Reino de Cristo
Religiosos: no sacerdotes 1 - sacerdotes 2
Tel. 921 46 08 08
Dirección: Calle Judería Vieja 14. 40001 Segovia
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

En la Provincia

1. PP. Carmelitas de la Antigua Observancia
Religiosos: no sacerdotes 2 - sacerdotes 4
Tel. 921 14 10 61
Dirección: Santuario de Nuestra Señora del Henar
40200 CUÉLLAR (Segovia)
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

2. Hermanos de San Juan de Dios
Religiosos: 3 hermanos
Tel. 921 52 20 83 - 921 52 20 51
Dirección: C/ El Sol,13. 40320 CANTALEJO (Segovia)
email: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
web: www.hsjd.eu

Viernes, 27 Mayo 2016 13:10

Amor de los Amores. Corpus Christi 2016.

 

 

Amor de los Amores

Carta pastoral con motivo de la solemnidad del Corpus

            Cuando la Iglesia habla de caridad se piensa inmediatamente en la institución de Cáritas. Es lógico: la acción caritativa de la Iglesia tiene un prestigio social que supera las fronteras de la misma Iglesia, puesto que, a la hora de practicar la caridad, la Iglesia no distingue entre credos, razas ni otras diferencias sociales. La caridad es universal o no es caridad.

            Sin embargo, la caridad tiene su fuente en Dios. Dios es Amor, dice la Escritura. Y en otro lugar, Dios nos amó el primero. El Papa Francisco ha acuñado un  término, que llama a esta acción de Dios «primerear», es decir, «tomar la iniciativa», «adelantarse». Es lo que ha hecho Dios con el hombre: tomar la iniciativa en el amor. Dios ha sido el primero en amar. En la primera carta de Juan, esta verdad no puede ser más explícita: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados» (1Jn 4,10). La iniciativa de Dios, adelantándose en el amor, es el fundamento de todo amor. Por una razón teológica fundamental: Dios es Amor y, por tanto, fuente de todo amor; y por otra razón de tipo histórico: Dios nos ha entregado a su Hijo en la plenitud de los tiempos para revelarnos la imagen perfecta del amor, imagen inseparable de lo que la Iglesia celebra este domingo: el Corpus Christi. La Caridad hecha donación hasta el extremo de hacerse alimento, el buen pan de Dios que se da a todo aquel que quiere saciar su hambre de amor.

            Esta unión entre la Eucaristía y el amor a los pobres está ya en el origen de la Iglesia. En la Última Cena aparece la Iglesia como una comunidad que recibe el Amor de Cristo, en el pan y el vino consagrados. Aquella primera comunión de los apóstoles constituía la comunidad que brotaba del amor de Cristo. La comunión íntima que estableció Cristo con los suyos se convertía, por su propia naturaleza, en una comunión estrecha con los hombres más necesitados, de forma que entre las notas distintivas de la Iglesia naciente, la palabra «comunión» significaba al mismo tiempo la comunión con Cristo y la comunión con los pobres. La Iglesia estableció su cáritas vinculada a la fracción del pan. En el Libro de los Hechos de los Apóstoles se dice claramente: «Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según las necesidades de cada uno» (Hch 2,44-45).

            Conviene tener esto en cuenta para entender el significado de la Caridad en la vida de la Iglesia y no separar el amor de Dios y el amor a los pobres, privando así al uno del otro. Los dos van siempre juntos, como dijo en cierta ocasión la beata Teresa de Calcuta. Le peguntaron qué hacía primero, al encontrarse con un pobre: hablarle de Dios o darle de comer. Contestó con toda sencillez: hago las dos cosas al tiempo. En la Última Cena, cuando salió Judas del Cenáculo para traicionar a Jesús, todos los demás pensaron que, como tenía la bolsa común, se dirigía a dar limosna a los pobres. Es hermoso pensar que, mientras Cristo instituía el Sacramento del Amor, se pensaba en los más necesitados. Así debe ser siempre: la Eucaristía es la fuente del amor, y, celebrarla como merece, supone que compartimos con otros el amor que recibimos de Cristo. Por eso, cuando Cristo en la Eucaristía procesione este domingo por las calles de nuestra ciudad, cantaremos con gozo al Amor de los Amores. Es el Amor primigenio, la fuente de todo amor, el Amor llevado a la consumación, que nos enseña a compartir la vida con los demás, y adelantarnos nosotros también, antes de que nos lo pidan, en la práctica del amor.

+ César Franco Martínez

 

Obispo de SegoviaMeme Corpus Cesar Franco

Jueves, 31 Marzo 2016 06:56

Pascua: la amistad recuperada

Pascua: la amistad recuperada

 

El tiempo de Pascua puede calificarse «tiempo del reencuentro». Reencuentro de Jesús con sus amigos. La muerte había segado violentamente la relación de Jesús con los suyos y éstos pensaban que todo había terminado. A pesar de que Jesús había anunciado la resurrección, no entendieron lo que decía. En la Resurrección, Cristo inicia una nueva vida, como triunfador del pecado y de la muerte, y sale al encuentro de los suyos para reanudar no la vieja amistad, sino una nueva y definitiva que atravesará la historia hasta el fin de los tiempos.

Desde el mismo día de la Resurrección, Jesús se hace presente en los ámbitos normales de la vida de los suyos. En el Cenáculo, en el camino a Emaús, en el mar de Galilea. Las apariciones pretender restablecer la fe en él, la convicción de que él es el Hijo de Dios, que ha superado el tiempo y el espacio y se hace contemporáneo de cada hombre.  Jesús busca recuperar la amistad adormecida y convertida en mero recuerdo. Y lo hace con gestos humanos, transidos de afecto y de cariño, evocando recuerdos de lo que han vivido juntos.

A María Magdalena se muestra como un jardinero junto al sepulcro, y la llama por su nombre, como tantas veces habría hecho. Ella le reconoce al pronunciar su nombre, con su mismo tono y afecto de voz. A los discípulos desalentados de Emaús, se les une en el camino, como un peregrino, y poco a poco les comenta las Escrituras que hablaban de él. Dice el evangelista que sus palabras encendieron su corazón. Ya dentro de casa, el gesto de la fracción del pan les abre los ojos y le reconocieron. Jesús había vuelto a comer con ellos. En el Cenáculo, cerradas las puertas, Jesús entra y se coloca «en medio de ellos», como solía hacer cuando enseñaba, y, ante la duda, les muestra las manos y los pies llagados y les pide algo de comer, para que no piensen que es un fantasma. Y a Tomás, al incrédulo Tomás, hasta le permite hacer lo que había pedido: tocar sus llagas. Esta condescendencia de Jesús indica el afecto que tenía a los suyos y lo interesado que estaba en recuperarles para la amistad y la misión.

¿Y qué decir del milagro de la pesca milagrosa? Los apóstoles habían vuelto a lo suyo: a su oficio de pescadores. En una mañana de Pascua, Jesús se les muestra en la orilla y, después de no haber pescado nada durante la noche, les concede la gracia de una pesca milagrosa, que recordaría aquella otra, mientras vivía. Jesús busca avivar la memoria de lo que hizo con ellos, identificarse con su propia historia pasada. A Pedro le examina del amor. Tres veces le pregunta si le ama, pues tres veces lo había negado. Jesús restaura la amistad, restaña las heridas, y devuelve la confianza a quien le amaba a pesar de sus negaciones.

Esta es la historia de la Pascua. Encuentro tras encuentro con los suyos, a quienes rescata de la duda, la incredulidad y el desamor. Es la historia preciosa del cristianismo. La iniciativa siempre es de Cristo, que confía en el hombre y le busca entre sus cosas, sus preocupaciones, sus pecados y sus anhelos más hondos. Jesús siempre busca. Es el Pastor que conoce a cada uno, lo llama por su nombre y le renueva la amistad: ¿Me amas? Es la pregunta clave, decisiva. La pregunta que hacemos a quien queremos. La que esperamos que nos haga esa persona a quien deseamos amar. Es la mutua correspondencia del amor, que, a pesar de las infidelidades, Jesús siempre está dispuesto a aceptar.

La Pascua es el tiempo del reencuentro con el Resucitado, que ha cambiado su modo de relación, ahora en la fe, no en la visión, y que nos invita a dar el salto al amor sin barreras porque estemos donde estemos, seamos como seamos, Cristo Resucitado siempre se hará presente en nuestras vidas y nos preguntará como si fuera la primera vez: ¿Me amas? Esta es la novedad gozosa de la Pascua: contestar con la humildad de Pedro arrepentido: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo.

+ César Franco

Obispo de Segovia

 

0529

 

Sábado, 13 Febrero 2016 17:07

Plántale cara al hambre: siembra.

Plántale cara al hambre: siembra

Carta pastoral para la Jornada de Manos Unidas.

 La Jornada de Manos Unidas para este año 2016 se desarrolla bajo el lema «Plántale cara al hombre: siembra». Los datos son escalofriantes: en el año 2014 el hambre crónica afectaba a 805 millones de personas en el mundo. El fenómeno del hambre en el mundo abarca conceptos como malnutrición, subalimentación, desnutrición, hambruna. Lo dramático de la situación actual es que hay comida para todos, pero no todos pueden comer. San Juan Pablo II llamaba a esto «la paradoja de la abundancia». Una paradoja que, aunque no queramos, convierte a los que tenemos bienes en responsables de los que no tienen, como ha enseñado desde antiguo la tradición cristiana. De una u otra manera, todos somos responsables del mal que sufren nuestros hermanos. Y todos debemos acoger como dirigidas a nosotros las palabras del Señor: «Tuve hambre y no me disteis de comer».

 El Papa Francisco nos ha pedido en este Año Jubilar de la Misericordia que reflexionemos sobre las obras de misericordia, corporales y espirituales. La primera de las corporales es «dar de comer al hambriento». Cristo ha querido identificarse con todos los que sufren, y, en primer lugar con los que padecen hambre. Dice el Papa Francisco que «la carne de Cristo se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga… para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado».

¿Cómo podemos hacerlo? Son muchos los medios a nuestro alcance, especialmente desde la conversión que nos exige la Cuaresma. El ayuno y la limosna tienen como finalidad practicar la justicia y la caridad con los más pobres. Podemos – y debemos – privarnos de gastos innecesarios, caprichos y gustos personales, vivir con mayor sobriedad y pobreza material, ofreciendo la limosna que brota de la caridad. Si observamos nuestro modo de vivir, rápidamente descubrimos cuáles son nuestras necesidades reales y cuáles las que nos creamos de manera superflua y egoísta. El afán de poseer no tiene límite en el corazón del hombre, como puede observarse en las diferencias que separan a los pueblos que viven en la opulencia de aquellos que se ahondan cada vez más en pobrezas crónicas, que claman al cielo. El mensaje del Papa Francisco en su encíclica «Laudato si´» es claro y rotundo. Nos exhorta a un cambio en el estilo de nuestra vida. «Cuando las personas se vuelven autorreferenciales y se aíslan en su propia conciencia, acrecientan su voracidad. Mientras más vacío está el corazón de la persona más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. En este contexto, no parece posible que alguien acepte que la realidad le marque límites» (204).

Lo más grave de esta situación es que llegamos a acostumbrarnos a ella, perdemos sensibilidad para detectar el mal y socorrer a quien lo padece. Nos hacemos como el rico epulón de la parábola de Jesús que menospreciaba al pobre Lázaro que yacía a su puerta. Cristo nos invita a la «compasión», que no es una lástima superficial, sino a padecer con los que sufren compartiendo sus propios sufrimientos como ha hecho Cristo con nosotros. La caridad cristiana tiene su motivación última y su modelo perfecto en el mismo Cristo, que aceptó sobre sí, como el Buen samaritano, la carga de nuestras dolencias y pecados. Sólo el amor redentor de Cristo, que se ha hecho solidario con toda la humanidad, puede hacernos comprender la enorme dicha que tenemos los cristianos que hacernos semejantes a él y la grave responsabilidad de atender a quienes nos desvelan hoy el rostro sufriente del Señor. Plantarle cara al hambre sólo puede hacerse mirando cara a cara a Cristo y permitirle que sea él mismo quien siembre en nosotros su caridad.

+ César Franco

Obispo de Segovia.

Meme ManosUnidas16 Cesar Franco

            

Sábado, 23 Enero 2016 09:55

¿Qué haces con tu hermano?

Carta pastoral de monseñor César Franco                                                                                                                                                            para el día del Corpus Christi

corpus-Segovia

«¿Qué haces con tu hermano?»

Carta pastoral de César Franco.

Obispo de Segovia

7 de Junio de 2025

            

 

Es ya tradicional celebrar en la solemnidad del Corpus Christi el día de Cáritas. Este año lo hacemos con el lema «¿qué haces con tu hermano?», que recuerda el reproche de Dios a Caín cuando mata a su hermano Abel. Dios le pregunta: «¿Dónde esta tu hermano?», «¿qué has hecho?». Al excusarse Caín, Dios le dice abiertamente: «La sangre de tu hermano clama justicia ante mí».

Desde el inicio de la humanidad, la lucha fratricida, el desprecio del prójimo y el olvido de sus necesidades han sido notas distintivas de la condición humana herida por el pecado original. Este desorden radical ha sembrado en el corazón del hombre los gérmenes que nos dividen y enfrentan unos con otros hasta acostumbrarnos al sufrimiento de nuestros hermanos que padecen en su alma y cuerpo el odio asesino, la marginación, e incluso la muerte. La sangre de los que muren y el dolor de los que padecen necesidad claman justicia ante Dios, que nos pregunta: «¿Qué haces con tu hermanos».

Cáritas pretende responder a esta pregunta mediante el camino que Cristo ha abierto con la entrega de sí mismo en la Eucaristía, cuya solemnidad celebramos. Cristo se ha entregado por los hombres en un amor sin reservas, dando su Cuerpo y Sangre como alimento de eternidad. Este gesto de Cristo se ha convertido en el fundamento de la Iglesia y de la caridad que pretende llevar a todos los hombres. San Pablo dice que «la caridad de Cristo nos urge al considerar que si uno murió por todos, todos murieron. Y Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos» (2Cor 5,14-15). El amor de Cristo es el que justifica nuestra caridad, hasta el punto de que ya no vivamos para nosotros mismos sino para los demás, compartiendo nuestra vida y bienes con los más necesitados. Cuando san Pablo organiza entre sus iglesias una colecta para la Iglesia de Jerusalén, la justifica diciendo: «Conocéis la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2Cor 8,9). No se puede ser más explícito: Cristo nos ha enriquecido haciéndose pobre; de igual modo, nosotros debemos enriquecer a los demás empobreciéndonos mediante la caridad fraterna.

Si celebramos bien la eucaristía, entenderemos que en ella encontramos hecho realidad lo que nos dice san Pablo. Cristo se ha empobrecido de tan manera que ha quedado convertido en la comida de la Iglesia. Su Cuerpo y Sangre se han hecho banquete de vida, comunión e inmortalidad. Quienes participan en este banquete conforman su vida a la de Cristo y progresivamente se van transformando en Cristo asumiendo su mismo estilo de vida, sus comportamientos, su voluntad de dar la vida a otros. Cáritas es la expresión de esta amor de Cristo que quiere alcanzar a todos los hombres mediante la entrega de los cristianos.

Cáritas no es una organización al margen de la Iglesia, ni independiente de ella. La forman todos los cristianos que, con sus ofrendas, limosnas, aportaciones periódicas y el tiempo que dedican a los demás acogiendo y visitando a los necesitados, muestran el rostro materno de la Iglesia que sufre con la pobreza espiritual y material de sus hijos. La Caridad es el núcleo más íntimo de la Iglesia, su fuego y fuerza interior. Por ello, es preciso que cada comunidad cristiana, cada parroquia se organice de manera que la preocupación por los pobres esté en el centro de su acción misionera y apostólica. Invito, pues, a todas las parroquias y comunidades cristianas a vivir con un solo corazón y una sola alma el ejercicio de la caridad, para que el testimonio de los creyentes manifieste el amor de Cristo que no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida por los hombres. Bien podría ser este el lema de Cáritas: servir hasta dar la vida. Eso es lo que celebramos el día del Corpus Christi, día de la Caridad. Sólo la contemplación de Cristo en la Eucaristía aumentará nuestro amor, nuestro deseo de compartir los bienes con los más necesitados, y hará de nuestra diócesis, de nuestras parroquias y comunidades el signo vivo de que Dios cuida de sus hijos más pobres, en los que Cristo reclama que hagamos con ellos lo que haríamos con él.

Aprovecho esta carta para dar gracias a la Cáritas diocesana y a todos los grupos de cáritas que existen en las parroquias y comunidades cristianas por sus trabajos y desvelos, en este campo fundamental de la Iglesia. Y pido al Señor y a Santa María, Madre suya y nuestra, que en todo lo que hacemos brille siempre el amor de Cristo, anonadado, crucificado y hecho eucaristía por nosotros. Sólo así nuestra caridad no será una farsa, nuestra mano derecha no sabrá lo que hace la izquierda y, lejos de enorgullecernos por lo que hacemos, daremos gracias a Dios que nos permite servir a los pobres que, como él mismo dijo, siempre estarán con nosotros.

Os bendigo de corazón

+ César Franco

            Obispo de Segovia