Secretariado de Medios

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En un momento como el actual, la Iglesia Católica desea rendir cuentas a la sociedad en cumplimiento de lo previsto en los Acuerdos, en un ejercicio de transparencia y responsabilidad que busca manifestar la gratitud a todos los que, con su colaboración, permiten que la Iglesia siga cumpliendo con su labor.

En general, la Iglesia rinde cuentas en dos sentidos. En primer lugar, qué recursos recibe y dispone para cumplir su labor. Y en segundo, cómo emplea dichos recursos para sus fines propios: evangelizar, vivir la fe y darse a los demás.

Asignación tributaria

El informe general presentado por la Conferencia Episcopal Española hace referencia a la asignación tributaria correspondiente al año 2018, el reparto de los fondos recibidos en dicho ejercicio y la economía diocesana, a la cual nos referimos. Dicho informe, enmarca Segovia como una diócesis muy pequeña, lo que tiene sus consecuencias en la asignación y distribución de los recursos. Así, más de la mitad de los recursos de los que dispone la diócesis provienen del Fondo Común Interdiocesano, que se constituye con la aportación de la asignación tributaria, mientras que las aportaciones voluntarias de los fieles segovianos suponen un 15% de los recursos.

quesito economía

En cuanto a los datos de las aportaciones por medio de la “x” en la Declaración de la Renta, nuestra diócesis registró en 2018 un total de 32.911 declaraciones de IRPF, de las que el 42.02% contaban con asignación a la Iglesia, lo que se traduce en una aportación de 812.222€. En comparación con el ejercicio anterior del año 2017, tanto el número de declaraciones (-250) como el porcentaje de asignación (-1,40%) fue menor. No obstante, cabe destacar que en el importe diferencial registró un aumento en 43.583€.

Fondo Común Interdiocesano y otras ayudas

Por otro lado, encontramos la cantidad que, desde la Conferencia Episcopal se reparte cada ejercicio a las diócesis en función de diferentes criterios, lo que llamamos Fondo Común Interdiocesano. Así, en 2018, Segovia recibió 2.088.337,75€, lo que supone un aumento del 0.85% respecto al año anterior, cuando la diócesis recibió 2.070.781,68€.

Otra partida que emana de la Conferencia Episcopal, es la compensatoria por la pérdida de la exención de IVA, a partir de 2007, en la construcción de templos. La Conferencia Episcopal solicita a las diócesis la información de todos los proyectos de ejecución de obra correspondientes al ejercicio 2017 y la ayuda se entrega en 2018.  En caso de que se otorgue, se concede como ayuda el importe correspondiente al 50% del IVA de las nuevas construcciones iniciadas en el año y el 25% de las rehabilitaciones de templos.

En nuestra diócesis, se realizaron dos proyectos de nueva construcción en 2017 por un importe de 73.385,81€ (sin IVA) con un IVA de 15.411,02, por lo que la ayuda recibida en 2018 fue de 7.705,51. De otra parte, se ejecutaron un total de ocho rehabilitaciones por valor de 510.584,84€ (sin IVA) con un IVA de 107.216,24, ascendiendo la ayuda por este concepto a 28.804,06€. En total, la cantidad recibida en 2018 por proyectos de nueva construcción y rehabilitación fue de 34.509,57€.

Cabe también recordar que Cáritas es la Iglesia en su vertiente asistencial. En el caso de Segovia, Cáritas Diocesana recibió en 2018 una aportación total de 64.686€ para el desarrollo de sus diferentes programas de ayuda y asistencia a los más débiles.

En conclusión, el resultado de la liquidación de la asignación tributaria de 2018 fue positivo para la Iglesia española en su conjunto, con un aumento de 26.885 declaraciones con asignación y 17 millones más de euros que en el ejercicio anterior. Además, la mayoría de recursos que cada diócesis recibe se reparten con unos criterios basados en la solidaridad, la comunión de bienes y las necesidades de cada Iglesia local.

Desde la Diócesis de Segovia, agradecemos a todas las personas que confían en la labor de la Iglesia y colaboran con nosotros mediante su asignación tributaria. Porque juntos realizamos una inmensa labor social y espiritual, para ayudar a quienes más lo necesitan. Esperemos que, cada año, podamos ser más los que colaboremos de este modo para el sostenimiento de nuestra Iglesia, porque sumando “x” logramos un mundo mejor. La Diócesis de Segovia, siempre contigo: SOMOS IGLESIA, SOMOS FAMILIA.

Jesús no es un profeta más de los que, según la tradición bíblica, fueron llevados al cielo en un carro de fuego como Elías o Henoc, a quien Dios lo arrebató sin pasar por la muerte. El misterio de la Ascensión, que celebramos este domingo, no es un paralelo de estas elevaciones al cielo, sino que se sitúa en el nivel de la trascendencia divina. Quien sube a los cielos es el eterno Hijo de Dios que tomó nuestra carne en el seno de María y, resucitado de entre los muertos, alcanza el señorío sobre el cosmos, como dice Jesús en su despedida: «Se me ha dado todo poder en el cielo y sobre la tierra» (Mt 26,18).

Este poder, o autoridad, es simbolizado también en el gesto de sentarse a la derecha del Padre, indicando así que Jesús, también en cuanto hombre, goza de su misma dignidad. Cuando san Pablo reflexiona sobre este hecho en la carta a los Efesios, dice que Dios lo sentó a su derecha «por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos» (Ef 1,20-23). Quizás nos resulte extraña esta forma de hablar que recoge la imaginería cósmica de los espíritus angélicos sobre los cuales ha sido constituido Jesús con el título de Señor, que se otorgaba a Dios en el Antiguo Testamento.

Si leemos con atención este texto de Pablo observaremos que la Ascensión de Jesús no lo aísla ni de su comunidad, que es la Iglesia, ni de la creación entera. Por eso, se dice que Dios «todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo». Hay una lógica perfecta en este razonamiento. Se trata naturalmente de una lógica teológica, pues no estamos hablando con categorías sociológicas ni políticas, que podrían llevar a confusión sobre la misión de la Iglesia e incluso sobre la soberanía de Cristo. Según la teología cristiana, Dios ha creado el cosmos a través de su Palabra eterna —el Logos— que es el inicio y la meta de la creación, el alfa y la omega, como dice el Apocalipsis. Todo tiene, por tanto, su consistencia en Cristo y todo tiende hacia él, como explicó, siguiendo a san Pablo, Teilhard de Chardin y explican, con diferentes matices y perspectivas, otros teólogos contemporáneos.

Ahora bien, la Palabra eterna de Dios se ha hecho carne, de manera que, en su ascensión, lleva también esta carne —nuestra carne— a la intimidad misma de Dios, al seno trinitario. Dios es también hombre. Era, pues, preciso que la carne humana fuese glorificada con la misma dignidad y gloria divina. Por eso, puede «sentarse» a la derecha de Dios y recibir así la adoración de todo el universo y de la humanidad salvada por él, que es la Iglesia. Al decir Pablo que el Cristo glorioso es nuestra cabeza, afirma que está unido a nosotros —como la cabeza al cuerpo— con la misma carne y, por tanto, no se ha roto la comunión que estableció la encarnación, sino que, por el contrario, queda definitivamente unida por una gloria que también nos pertenece a nosotros y hacia la cual vamos peregrinando. En este sentido, la Iglesia está llena de Cristo —esto quiere decir la palabra griega pleroma que usa Pablo— y Cristo puede trasmitir a todos sus miembros la plenitud de vida que hay en él.

Visto así el proyecto de Dios sobre la creación y la humanidad sólo puede sobrecogernos por su belleza y santidad. La carne del hombre no puede aspirar a mayor cima y gloria. Aquí reside el fundamento de su dignidad y trascendencia. Nuestra carne está ya sentada junto a Dios rebosante de gloria. Esta es la meta hacia la que caminamos. No vamos a la deriva. Nuestra Cabeza ha llegado a término.

+ César A. Franco
Obispo de Segovia

Restauración Órgano copia

En los últimos años los proyectos de conservación, mantenimiento y restauración han supuesto el 50% del gasto total. La seo apuesta por la autofinanciación para su mantenimiento.

Los andamios, restauración de obras pictóricas y puesta a punto de las salas de exposiciones han sido parte de la Catedral en estos años, conviviendo con la visita cultural y misas diarias. Desde el 2017, incluyendo este 2020, el Cabildo invierte 3.470.826€ en proyectos de restauración, conservación y divulgación que se materializan desde la apertura de la Sala de Pintura Bajo Claustro pasando por la restauración del órgano del Evangelio, en el corazón del templo.

A lo largo de estos años la inversión en restauración y conservación ha ido incrementándose para abrir nuevos espacios y emprender intervenciones en obras pictóricas, capillas o en el mantenimiento de la estructura del templo. Desde 2017 hasta 2019 el 50% de lo gastado ha ido destinado a esta partida que es fundamental y, que en algunos casos, como son la intervención en las vidrieras o en el órgano del Evangelio, asumen una importante cuantía debido a su envergadura y características técnicas.

En un repaso general, durante el 2017 la Sala de Tapices y Ornamentos Litúrgicos abría al público tras una inversión de 224.438€, la capilla de Los Cabrera, situada en el claustro, se terminó de restaurar tras una profunda intervención que ascendió a 48.000€ además de actuar íntegramente en la capilla del Cristo Yacente (135.842€) y la renovación del presbiterio de la capilla Mayor (102.000€). Estas son las restauraciones más importantes que se realizaron ese año en diferentes puntos de la Catedral y que sumaron un total de 907.738€.

En 2018, la cifra de gasto en restauración y conservación aumentó hasta los 1.165.663€, en gran parte debido a la apertura de la Sala de Pintura Bajo Claustro -535.000€- que conllevó una nueva musealización, tratamiento de restauración y conservación de las casi cuarenta obras pictóricas expuestas o la instalación de medidas de seguridad y climatización. Entre otras intervenciones, se llevó a cabo la restauración por parte de la Real Fábrica de Tapices del tapiz “Zenobia hecha prisionera” de la serie “Zenobia, Reina de Palmira” -45.000€-, la capilla de La Piedad -165.214€- o la primera fase de los trabajos de recuperación del órgano del Evangelio -198.108€-.

El pasado año, son muchos los proyectos iniciados y finalizados. En total, durante el 2019, el coste de las diferentes intervenciones llegó a 846.695€ y, entre las de más envergadura por el espacio y la musealización, está la ya aprobada reconversión de la Sala de Santa Catalina en una sala de objetos litúrgicos, con un gasto inicial de 145.000€ para su acondicionamiento. Se restauró la cubierta de la sacristía y cuerpo de oficinas por 105.000€, nuevas mejoras en la Sala de Pintura Bajo Claustro (16.600€) o la restauración de los cuatro lienzos de los Evangelistas e iluminación (62.651€). El resto de inversión fue a mejoras del mobiliario, cubiertas, megafonía, restauración de lienzos y para la segunda fase de la intervención en el órgano del Evangelio (264.144€).

Durante 2020 prosiguen algunas de las restauraciones anteriores y se han comenzado otras nuevas con una partida total de 550.730€ en estos tres años. El órgano del Evangelio se encuentra en la tercera y última fase de su restauración con una aportación de 110.060€ lo que suma un total de 572.312€. Las cubiertas del crucero, nave central y San Geroteo están siendo saneadas en una intervención que asciende a 186.000€. Ya se ha restaurado la carroza del Corpus Christi por 21.000€ o las pinturas murales de María del Salto en el claustro (38.000€).

En esta línea de restauraciones, actualmente se está acometiendo una intervención en el lienzo “Adoración de los Reyes” por 4.230€, se ha empezado la restauración de la vidriera del rosetón norte (110.000€ para el total de vidrieras este 2020) y 31.440€ se emplearán para el mobiliario y sistema de iluminación de la Sala de Santa Catalina.

Al igual que en 2018 y 2019, este ejercicio se ha destinado una partida anual de 50.000€ para la restauración de una iglesia de la Diócesis de Segovia. También se han efectuado diferentes pagos en estos tres años para la restauración integral de las 159 vidrieras que desde 2009 acumula una inversión total de 1.180.000€.

La publicación de estos datos se engloban dentro de la política de transparencia iniciada desde hace años por el Cabildo Catedral y siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Episcopal Española de poner al servicio de la sociedad la gestión de los recursos de la Iglesia.

 Autofinanciación de la Catedral

La inversión de los 3.470.826€ ha sido posible gracias a los ingresos directos de las entradas por parte de los miles de turistas y visitantes. Desde hace ya cinco años el Cabildo apostó por una completa autofinanciación en el mantenimiento del templo.  Los costes ya mencionados en conservación y restauración como los gastos de personal y otros derivados de la actividad y el uso en la Catedral se sufragan gracias a la venta de entradas en su práctica totalidad y no se recibe ninguna subvención por parte de las instituciones públicas y privadas.

En los últimos tres años, el 50,60% de lo gastado ha ido destinado al concepto de restauración, conservación y mantenimiento, el 35% en retribución de gastos de personal y, el resto (14,4%), en gastos corrientes como luz o calefacción, donativos a parroquias, fundaciones u obras sociales.

En 2017, restauración y conservación supuso el 49% del gasto, en 2018 el porcentaje subió hasta el 59,60% y, el pasado año, el 43,3%.

En cuanto a los ingresos, el 94% de todo lo recaudado proviene en el periodo 2016-2019 de la venta de entradas tanto a la visita a la Catedral como de los tours guiados a la torre. La cantidad restante de ingresos tiene como origen los donativos por la celebración de sacramentos y colectas.

Este 2020 la cantidad prevista de gasto en restauración asciende a 550.730€ a pesar de que los ingresos caerán muy previsiblemente de forma considerable debido al cierre temporal de la Catedral desde el 14 de marzo. La previsión es que el turismo que pueda venir tras la reapertura no supla las necesidades de ingresos para afrontar nuevas restauraciones previstas, quedando relegadas para el próximo 2021.

Una aportación de 50.000€ para una iglesia

La Catedral no solo restaura en su interior sino que también, convencidos de la importancia de la conservación del patrimonio artístico y religioso a nivel general, desde el 2018 se aprobó destinar una partida de 50.000€ para colaborar en la restauración de parroquias de la Diócesis de Segovia.

En 2018, primer año de implantación de esta medida consensuada unánimemente por el Cabildo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Caballar, fue la destinataria de esta partida para contribuir a los trabajos de conservación y restauración planteados.

Durante 2019, los 50.000€ se han dividido entre la iglesia de Valdesimonte, Torreiglesias, la parroquia de Muñopedro y de Marazoleja.

Este 2020 el presupuesto se reparte entre las iglesias parroquiales de Fuenterrebollo (40.000€), Villaseca (5.000€), y Castrillo de Sepúlveda (5.000€).

 

DESCARGUE AQUÍ EL INFORME COMPLETO DEL BALANCE DE CUENTAS DE RESTAURACIÓN

reli es mas

La iniciativa #ReliEsMas, que aglutina a padres, profesores, cerca de medio centenar de delegaciones diocesanas de enseñanza -entre ellas la de nuestra Diócesis de Segovia- y distintas entidades del ámbito educativo de toda España que promueven la valoración de la asignatura de religión en el ámbito escolar, ha conseguido su objetivo de ser trending topic (tendencia)  en Twitter con la etiqueta #ParemosLaLeyCelaa. Decenas de miles de personas han reivindicado por segunda vez (la primera quedada digital fue el 4 de mayo) que se retire la LOMLOE, una ley de Educación que el Gobierno tramita sin consenso y a ritmo vertiginoso durante la pandemia del COVID-16 y que arrincona una materia que en España cursan 3,3 millones de alumnos. 

Con la LOMLOE, el Gobierno de España rebaja el derecho de las familias de educar a sus hijos conforme a sus propias creencias y convicciones. España en su Carta Magna había alcanzado un consenso en materia de educación que viene reflejado especialmente en sus artículos 16 y 27 y que, ahora, puede romperse de manera unilateral. 

En medio de una crisis sanitaria, social y económica la Sra. Celaá, Ministra de Educación, tramita en el Parlamento su propuesta de ley educativa, generando una polémica innecesaria, sujeta a ideología y carente del necesario consenso educativo, social y político. Ante un panorama incierto es deseable que la llamada reconstrucción nacional se apoye en una nueva configuración educativa que no expulse a nadie del sistema e integre las diferentes sensibilidades con respetuosa armonía.

La propuesta ministerial, sin embargo, perjudica particularmente  a la enseñanza de la Religión en la escuela, aplicando un laicismo excluyente ajeno a la Constitución y contrario a la demanda de las familias que, solo en el modelo de confesionalidad católica, alcanza cerca de 3.300.000 millones de alumnos, más del 61% del total de los alumnos del sistema educativo. Si la escuela persigue la educación integral no cabe otra posibilidad que ofrecer la asignatura de religión en condiciones dignas. De no ser así, se hurtaría el derecho básico que todo alumno tiene de adquirir las herramientas necesarias para comprender el mundo desde una perspectiva transcendental e integradora. 

La inexistencia de un Pacto de Estado hace que la educación vuelva a estar sometida a los vaivenes ideológicos de los partidos de turno, en este caso del PSOE y Unidas Podemos que intentan sin miramiento arrinconar la asignatura de religión rebajando su carácter académico. En Europa se imparte religión de modo estable y regular, con una carga lectiva semanal digna que permite su estudio normalizado. Una vez más, el Gobierno evita fijarse en Europa o en los países que tienen un alto grado de éxito escolar como es el caso de Finlandia, Dinamarca, Austria, Bélgica, Luxemburgo, Suecia, Reino Unido o Alemania.

Proponemos que la asignatura de religión esté presente en el marco escolar sin tensiones, posibilitando así a los padres el ejercicio de su derecho a educar a sus hijos conforme a sus  propias creencias y convicciones. Es necesario pues habilitar una solución de consenso que permita la posibilidad de elegir libremente esta asignatura, con una carga lectiva digna y con una asignatura alternativa de carácter académico, con el valor de la evaluación como criterio pedagógico imprescindible y que sea computable para la media y el acceso a becas.

En el nuevo paradigma al que nos conduce el COVID-19, las grandes cuestiones existenciales vuelven a adquirir carta de ciudadanía: el sentido de la vida, del sufrimiento, de la muerte, la dignidad de la persona, la solidaridad, el bien común… Todas esas preguntas adquieren respuestas desde las propuestas antropológicas y éticas ofrecidas en la asignatura de Religión desde sus diferentes perspectivas confesionales.

Tras esta masiva manifestación en redes, desde #ReliEsmas se espera que la ministra busque el consenso de las mayorías y no simplemente el equilibrio aritmético parlamentario.

pascua del enfermo

Hoy, 17 de mayo, VI domingo de Pascua, la Iglesia Española celebra la Pascua del Enfermo como punto final a una campaña que comenzó el pasado 11 de febrero con la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo. Toda esta campaña se ha conmemorado bajo el lema "Acompañar en la soledad", junto al tema bíblico «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré» (Mt 11, 28).

Con motivo de la conmemoración de la Pascua del Enfermo, el Obispo de Segovia, Monseñor César Franco, ha presidido una Eucaristía que ha sido retransmitida en directo a través del canal de televisión y la página web de La 8 Segovia de RTVCyL. Una celebración especialmente ofrecida por los enfermos, familiares y cuidadores, así como por el alma y eterno descanso de los fallecidos.

Don César ha comenzado su homilía dirigiéndose al Vicario General (presente en la celebración), al delegado de Pastoral de la Salud, a los sacerdotes y a todos los fieles y enfermos -a los que ha definido como "predilectos de Cristo"- que seguían la Eucaristía a través de los medios de comunicación. Así, ha asegurado que hoy celebramos la Pascua del Enfermo como el paso de Cristo sanador por todos los que viven la enfermedad y el miedo a morir en soledad, añadiendo que «esta misa nos hace cercana a vosotros, enfermos queridos, para confortaros con la presencia de Cristo, que vino a cargar con nuestro sufrimiento y a fortalecernos con la entrega de su vida». Asimismo, el prelado ha tratado de infundir confianza, al pedir a los enfermos "no temáis, no estáis solos", ya que los obispos, los sacerdotes y toda la comunidad cristiana "os acompañan con su oración" ya que, en sus palabras «la Palabra de Dios ilumina el sentido de la enfermedad y la soledad que conlleva».

Aludiendo al Evangelio, el obispo ha afirmado que Felipe predicaba en Samaria y aplicaba los signos de curación a lisiados y la liberación a los poseídos. Esto es, los apóstoles realizaban los mismos signos de Cristo, el Señor actuaba por medio de ellos. «Jesús ha venido a sanarnos de nuestras enfermedades más íntimas», ha subrayado, para a renglón seguido decir «os preguntaréis por qué no nos cura ahora ni realiza los milagros de entonces». Es cierto, que todos desaríamos vernos libres de la enfermedad, aunque, en palabras de don César «solo el Señor sabe lo que nos conviene, aunque nos cueste entender sus caminos». De hecho, durante su vida pública, Él no curó a todos los enfermos con los que coincidió, sino que les transmitió paz, fortaleza y la necesidad de confiar en Dios. Por eso, nunca ha de faltarnos la certeza de su compañía, que se hace presente a través de los seres queridos, los sanitarios, y todos aquellos que oran y piden desde sus  hogares, monasaterios o comunidades.

«La enfermedad es parte de nuestra condición humana, que es mortal», ha explicado el Obispo de Segovia. La enfermedad pone ante nosotros nuestra propia fragilidad, y la tenemos que asumir con paz y esperanza, puesto que todos somos enfermos en potencia y experimentamos la enfermedad con mayor o menor gravedad a lo largo de nuestra vida. Pero, es «en ella donde nos encontramos coon Dios y debemos confiar en providencia».

En el Evangelio, Jesús nos díce, «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré» (Mt 11, 28), por eso, quienes acudimos a Jesús experimentamos su compañía. En este punto, don César ha hecho referencia al Mensaje del Papa Francisco con motivo de la celebración de esta Pascua del Enfermo. En su texto, el pontífice se refiere a las palabras de Jesús que «indican el camino misterioso de la gracia que se revela a los sencillos y que ofrece alivio a quienes están cansados y fatigados. Estas palabras expresan la solidaridad del Hijo del hombre, Jesucristo, ante una humanidad afligida y que sufre. ¡Cuántas personas padecen en el cuerpo y en el espíritu! Jesús dice a todos que acudan a Él, «venid a mí», y les promete alivio y consuelo».

Ahora, que estamos atravesando la dura prueba de la pandemia, nos sentimos afectados no solo física, sino psicológica y espiritualmente al sentir la soledad, sentimiento que recoge el lema de esta campaña "Acompañar en la soledad". Muchos, por su ancianidad o por haber padecido el contagio, han pasado y pasan mucho tiempo solos. Además, muchos han fallecido en una dramática soledad, sin una mano tendida que de seguridad ni la palabra que conforta. Pero, como ha recordado el obispo, Jesucristo también experimentó la soledad. La soledad de su Padre en la cruz, tan difícil de entender; en el Huerto de los Olivos cuando los discípulos se quedaron dormidos, o la soledad del pueblo que días antes le había aclamado en su entrada triunfante en Jerusalén. «Él ha vivido la soledad en su propia carne, por eso puede confortarnos y compadecernos. Cristo es fuente del amor y el consuelo», ha destacado.

Así, don César ha lanzado algunos consejos a quienes por diferentes circunstancias se encuentren atravesando una enfermedad:

  • «Orad humildemente al Señor para que os de fuerzas y aliente vuestra esperanza. Una oración humilde os servirá para alcanzar la paz de corazón. Pedid al Señor que os aumente vuestra fe»
  • «Ofreced vuestro sufrimiento por quienes, quizá, lo necesiten más que vosotros como signo de solidaridad. Dios ungirá a los demás con el aceite de vuestra ofrenda. Y, como dijo el Papa emérito Benedicto XVI, se creara un depósito de consolación que ayude a otros a llevar la cruz»
  • «Compartid vuestros sentimientos con los que os cuidan y acompañan. Abridles vuestro corazón, no os encerréis en vuestra intimidad»

El obispo ha insistido en la necesidad de apartar el temor, puesto que el Señor ha vencido al pecado y a la muerte, Él es el pastor que siempre nos guía a buen puerto. En el Evangelio de hoy (Jn 14,15-21), Jesús asegura que nos ayudará con un Paráclito, un consolador, y traslada a los apóstoles unas contundentes palabras "No os dejaré huérfanos". El Espíritu consolador que envía, viene a ocupar su lugar y permanecer a nuestro lado en las pruebas que la vida nos presenta. Nos enseña los secretos de la vida y nos abre el horizonte del más allá. «Nos alienta en nuestro caminar incierto y nos alienta en nuestra enfermedad, nos asegura que la vida no termina en la muerte», ha destacado don César.

Con todo, el Obispo de la Diócesis ha exhortado a toda la Iglesia de Segovia a acompañar en la soledad a todos los que sufren como signo del Espíritu de Dios y su presencia sanadora.

Felipe predicaba en Samaria, una ciudad que se llenaba de alegría tras las curaciones. Por eso, el prelado ha lanzado una pregunta "¿Es compatible la alegría con la enfermedad?", para contestar positivamente, puesto que es compatible «en quienes la aceptan con paz, quienes entregan su vida en el mundo de la sanidad, aquellos que a pesar del cansancio transmiten paz y esperanza con el servicio que prestan. Oremos por ellos en este tiempo de Pascua, tiempo de gozo imperecedero, vida y resurrección, esperanza en la eternidad que ya ha comenzado en Cristo Resucitado».

Finalmente, don César ha pedido a la Virgen y patrona de Segovia, Nuestra Señora de la Fuencisla, que permanezca junto a los enfermos en su lecho de dolor, como lo hizo con su Hijo al pie de la Cruz.

Celebramos en este domingo la Pascua del Enfermo. Es el sexto domingo de Pascua, cerca ya de la Ascensión. Las palabras de Jesús tienen aire de despedida: «No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros» (Jn 14,18). Jesús no se refiere a su vuelta al fin de los tiempos, sino a una inmediata que tendrá lugar en Pentecostés cuando envíe al Espíritu Santo, que en griego se llama Paráclito. «Yo pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad» (Jn 14,16). ¿Por qué habla Jesús de otro Paráclito? ¿Qué significa este nombre?

En griego, Paráclito significa «el que consuela». Es natural que, al quedarse sin Jesús, los discípulos se sintieran tristes, huérfanos. Se marchaba su maestro y su amigo. Regresaba al Padre el que había sido su consuelo durante el tiempo que había estado con ellos. Por eso habla de otro Paráclito, porque el primero fue él. Este título de «consolador» se daba al Mesías, pues tenía la tarea de consolar a su pueblo en momentos difíciles. Ahora, ante la ausencia de Cristo, el Espíritu Santo viene a llenar su vacío y, cumple, por así decirlo, el servicio que realizaba Jesús. Por eso dice que volverá a los suyos.

En la enfermedad el hombre necesita consuelo. Lo estamos experimentando en esta dura prueba de la pandemia que no sólo nos ataca físicamente sino sicológica y espiritualmente al sentir, en muchas ocasiones, la soledad. El lema de esta pascua del enfermo es «acompañar en la soledad». Son muchos los que, por su ancianidad o por estar contagiados, han pasado y pasan mucho tiempo solos. Muchos también los que han fallecido en una soledad dramática sin la mano que te aprieta dando seguridad o la palabra que te conforta. Jesucristo ha experimentado la soledad, incluso la soledad de su Padre en la cruz, tan difícil de entender. Sufrió la soledad en el huerto de los olivos, cuando sus discípulos se durmieron y la soledad del pueblo que días antes le había aclamado con cantos en la entrada de Jerusalén. Ha vivido en su propia carne lo que padecen tantos hermanos nuestros.

Es este Jesús el que dice: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré» (Mt 11,28). Recordando estas palabras, el Papa Francisco, en su Mensaje para este día, dice que nos «indican el camino misterioso de la gracia que se revela a los sencillos y que ofrece alivio a quienes están cansados y fatigados. Estas palabras expresan la solidaridad del Hijo del hombre, Jesucristo, ante una humanidad afligida y que sufre. ¡Cuántas personas padecen en el cuerpo y en el espíritu! Jesús dice a todos que acudan a él, “venid a mí”, y les promete alivio y consuelo».

Este consuelo tiene un nombre propio: es el Paráclito, capaz de sanar nuestras heridas más profundas, e incluso las de nuestra propia naturaleza mortal. En la primera lectura de este domingo se dice que Felipe predicaba en Samaría y realizaba «signos» como la curación de lisiados. El Espíritu actuaba por medio de él. «La ciudad —dice el libro de los Hechos de los apóstoles— se llenó de alegría». También nosotros necesitamos la acción del Espíritu que venga a confortar a la humanidad, y especialmente a los enfermos, con la alegría de su presencia. Para ello intensifiquemos nuestra oración de modo que se cumplan las palabras de Jesús: «Lo que pidáis en mi nombre yo lo haré» (Jn 14,13). Y al mismo tiempo que oramos, acompañemos a quienes sufren la enfermedad en soledad, y a quienes en el ejercicio de su trabajo sanitario pueden también sentirse solos o sin fuerzas ante las dificultades. La presencia de Jesús se realiza a través de los suyos, de su Iglesia, que desea estar junto a todos los que sufren para que nadie se sienta solo en la experiencia de su dolor.

 

+ César Franco
Obispo de Segovia

 

catequesis online

Con motivo de la pandemia, el Secretariado de la Comisión de Evangelización, Catequesis y Catacumenado ha desarrollado una serie de materiales audiovisuales para que los niños y adolescentes puedan continuar su formación religiosa.

A lo largo de estos dos meses, el curso de catequesis de los niños españoles se ha visto interrumpido por la situación generada por el coronavirus. Hay parroquias, que a través de los catequistas o el sacerdote, han podido ofertar a las familias recursos para poder continuar el proceso catequético de iniciación cristiana, pero otras familias no. Por este motivo, desde esta Comisión Episcopal se pone a disposición del público vídeos que recogen los objetivos centrales de cada etapa, dependiendo del curso y algunos recursos para que los padres puedan ayudar a sus hijos. El objetivo es dar un servicio a las familias para que sus hijos puedan terminar la catequesis que iniciaron en septiembre.

A través del canal de YouTube de este secretariado, se podrán seguir los vídeos correspondientes a cada etapa de la formación de los niños. El primero, titulado "Desde Nazaret” ya está disponible en esta red social.

Fuente: CEE

p enfermo

El próximo domingo VI de Pascua la Iglesia en España celebra la “PASCUA DEL ENFERMO”, que este año, a causa del Covid-19, no podemos celebrar en nuestra Diócesis de Segovia de forma comunitaria, como ha sido costumbre otros años.

Nuestro obispo, D. César Franco, celebrará, desde la Catedral de Segovia, con las medidas de seguridad establecidas por las autoridades, LA EUCARISTÍA DE LA PASCUA DEL ENFERMO a través de LA 8 SEGOVIA DE CASTILLA Y LEÓN TELEVISIÓN, A LAS 11 DE LA MAÑANA, EL PRÓXIMO DOMINGO, DÍA 17 DE MAYO.  En ella pondremos en los brazos amorosos de Dios a todos los enfermos y enfermas del coronavirus, a las personas mayores que han sufrido de manera especial la enfermedad en este tiempo, a quienes les cuidan y luchan por su curación, a los hermanos que han fallecido y a las familias de todos ellos. Quiere ser un momento, además, para dar gracias a Dios por tantas personas que está poniendo en nuestro camino, que nos cuidan y a las que cuidamos y acompañamos de distintas maneras.

Es momento de reconocer y agradecer, una vez más y de una manera especial, la labor siempre abnegada de tantos profesionales socio-sanitarios que, aun a riesgo de contagio o de perder su vida, están atendiendo y cuidando a tantos enfermos y personas mayores y la de tantas otras personas y colectivos e instituciones, que se han sumado para defender la vida y la salud con tanta profesionalidad y generosidad. Todos somos Agentes de Salud cuando cuidamos la nuestra y la de aquellos que están en nuestro entorno o bajo nuestro cuidado familiar y pastoral. Así hacemos presente al Dios de la vida, revelado en Jesucristo.

La Campaña del Enfermo de este año versaba sobre “ACOMPAÑAR EN LA SOLEDAD” «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11, 28). No podíamos imaginar que íbamos a vivir esta situación de forma tan cruda y dolorosa. La soledad de los enfermos y sus familias, la soledad de los profesionales socio-sanitarios en su labor cotidiana, la soledad de nuestros ancianos en la ciudad, en nuestros pueblos y en las residencias, la soledad de los “enfermos invisibles”: mentales, de Alzheimer…  y sus familias, la soledad que se ha hecho realidad vivida en el confinamiento en nuestros hogares

A Jesús le conmueven el dolor y la angustia del enfermo. Cuidar, aliviar y sanar enfermos está íntimamente ligado al anuncio del Reino de Dios que llega. La cercanía a los enfermos, semejante a la de Jesús, suscitará en ellos la confianza en el Dios de la vida, nuestro Padre, que entra en el mundo para no abandonarlo jamás en la fe y entrega de María al Señor. Que Ella fortalezca nuestro compromiso y esperanza en este tiempo de incertidumbre.

Adjuntamos el MENSAJE DE LOS OBISPOS para esta Jornada.

María José del Río Torres - Directora Secretariado de Pastoral de la Salud

José Mª López López - Consiliario de Pastoral de la Salud

Segovia, 13 de mayo de 2020

2020 católicos judíos musulmanes

Mañana, 14 de mayo, se celebra la Jornada Mundial de Oración, ayuno y obras de misericordia por la humanidad. Una invitación a las comunidades religiosas judías, cristianas y musulmanas y a cuantos creen en Dios para rezar por el fin de la crisis sanitaria.

La situación de crisis mundial desencadenada por la pandemia del coronavirus, que azota a la humanidad y pone en peligro la vida de millones de personas, evidencia  la fragilidad de la vida humana. Al mismo tiempo nos invita a unirnos en una lucha común contra los efectos devastadores de esta enfermedad.

Queremos expresar nuestra fraterna cercanía al sufrimiento de los enfermos, y encomendamos a Dios Misericordioso a las personas fallecidas, al tiempo que manifestamos a los familiares de quienes han perdido seres queridos nuestra cercanía. Igualmente queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a todo el personal sanitario y a la comunidad científica por su trabajo, con auténtico espíritu de servicio y entrega por el bien de la humanidad.

Con este doloroso motivo pero llenos de esperanza en la misericordia del Señor, invitamos a que el próximo día jueves 14 de mayo las comunidades religiosas judías, cristianas y musulmanas y cuantos creen en Dios, Creador y Protector de la Vida, eleven súplicas y oraciones para que ponga fin a esta pandemia, nos consuele en la aflicción y ayude a cuantos trabajan en la investigación científica al servicio de la salud a encontrar el tratamiento adecuado para vencer la enfermedad y vernos libres de las consecuencias sanitarias, económicas y humanitarias de este grave contagio.

Será esta una jornada de oración, ayuno y obras de misericordia, en la que las comunidades creyentes y cuantas personas de buena voluntad se asocien a ella supliquen a Dios a una sola voz para que ayude a la humanidad a salir de esta situación de dolor y sufrimiento, y nos afiance en la fe de que su misericordia y amor por  nosotros no tienen fin.

Las tres grandes religiones monoteístas se encuentran en un tiempo de gracia y oración por la celebración en estos días de su grandes fiestas anuales: la Pascua judía, que para el pueblo hebreo conmemora la liberación de la esclavitud de Egipto; la Pascua cristiana, que para los discípulos de Jesús celebra el misterio la muerte y resurrección de Cristo; y el mes de Ramadán, que para los musulmanes festeja la primera revelación de Dios al profeta Muhammad. Tiempo propicio para la oración y el cambio, para volvernos al rostro de nuestro prójimo y elevar a Dios el corazón orante por la salvación del mundo.

Con el deseo de que todos los creyentes se unan a esta jornada de oración, imploramos a Dios Todopoderoso, Siempre Justo y Misericordioso su bendición para la humanidad que sostiene en sus manos providentes.

  • Isaac Benzaquén Pinto. Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España
  • Adolfo González Montes. Obispo de Almería. Presidente de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones con las Confesiones.
  • Ajana El Quafi. Secretario de la Comisión Islámica de España.

En Madrid, a 11 de mayo de 2020 .

Fuente: CEE
 
enfermera foto freepikHoy se celebra el Día Internacional de la Enfermería, en el contexto del Año Internacional del Personal de Enfermería y Partería convocado por la Organización Mundial de la Salud. En este mismo día también recordamos el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale, con quien dio inicio la enfermería moderna. A todos ellos, el Papa pide que puedan desarrollar su vocación en forma digna, para beneficio de toda la sociedad.
 

El Papa ha enviado un mensaje a todos los enfermeros, enfermeras, en su día: “Queridos enfermeros, queridas enfermeras y personal de obstetricia, que este aniversario coloque la dignidad de vuestro trabajo en el centro, en beneficio de la salud de toda la sociedad”. Así, les aseguró a sus  familias y a todos los que atienden, sus oraciones y bendición apostólica.

Ser enfermero en tiempos del Covid19

En este momento histórico, marcado por la emergencia sanitaria mundial a causa de la pandemia del virus Covid-19, “hemos redescubierto la importancia del rol del personal de enfermería, como también el de partería”, recuerda el Pontífice, diariamente presenciamos el testimonio de valentía y sacrificio de los agentes sanitarios, en particular de las enfermeras y enfermeros, quienes, dice en su mensaje,  con profesionalidad, sacrificio, responsabilidad y amor por los demás ayudan a las personas afectadas por el virus, incluso poniendo en riesgo la propia salud.

Personal sanitario víctima del Coronavirus

Al arriesgar sus vidas, muchos de ellos han sido víctimas del Covid19. Mientras cumplían “fielmente con su servicio”. Por todos ellos el Papa ha rezado, y en su mensaje lo hace también: “Rezo por ellos —el Señor conoce el nombre de cada uno— y por todas las víctimas de esta epidemia. Que el Señor resucitado les conceda la luz eterna y a sus familias el consuelo de la fe”.

Ser enfermero, no es una profesión es una vocación

El personal de enfermería siempre ha desempeñado un papel central en la asistencia sanitaria, señala Francisco, todos los días siguen de cerca los cambios positivos o negativos en la mejoría del paciente, les dedican toda su atención, y les dan calor humano. Tienen una directa relación con sus parientes. Como dice el santo Padre, “experimentan, con la cercanía a los enfermos, el trauma que causa el sufrimiento en la vida de una persona. Son hombres y mujeres que han dicho “sí” a una vocación particular: la de ser buenos samaritanos que se hacen cargo de la vida y de las heridas de los demás. Custodios y servidores de la vida que, mientras administran las terapias necesarias, infunden ánimo, esperanza y confianza”. Los enfermeros y enfermeras, como dice el Papa, no sólo tienen un conocimiento científico-técnico, sino que su profesionalidad está “constantemente iluminada por la relación humana y humanizadora con el paciente”, por tanto, les pide que su profesionalidad, sea guiada por la responsabilidad moral.

Los enfermeros: Santos de la puerta de al lado

Un enfermero/ra, atendiendo a pacientes en todas las etapas de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, participan, afirma el Papa Francisco, en una escucha continua, “encaminada a comprender cuáles son las necesidades de ese enfermo, en la etapa que está atravesando. De hecho, frente a la singularidad de cada situación, nunca es suficiente seguir una fórmula, sino que se requiere un continuo —¡y fatigoso!— esfuerzo de discernimiento y atención a cada persona”. Están al lado de los pacientes y familiares, en los “momentos cruciales de su existencia, nacimiento y muerte, enfermedad y recuperación, para ayudarlas a superar las situaciones más traumáticas”. Incluso, cuando están a punto de fallecer, les dan “consuelo” y “alivio” en los últimos momentos. Por esta entrega, Francisco les ha dicho que forman parte de los “santos de la puerta de al lado”.

“Son la imagen de la Iglesia, “hospital de campaña”, que continúa llevando a cabo la misión de Jesucristo, que se acercó y curó a las personas que sufrían todo tipo de males y se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos. ¡Gracias por vuestro servicio a la humanidad!”.

Potenciar asistencia sanitaria

El Papa, en su mensaje, recordó que, en muchos países, la pandemia ha “evidenciado muchas deficiencias en la atención sanitaria”, y pide a los jefes de las naciones de todo el mundo, “para que inviertan en sanidad, como bien común primario, fortaleciendo las estructuras y designando más personal de enfermería, para garantizar a todos, un servicio de atención adecuado y respetuoso de la dignidad de cada persona”. El Papa afirma que es importante reconocer efectivamente el papel esencial que desempeña esta profesión para la atención al paciente, para la actividad de emergencia territorial, la prevención de enfermedades, la promoción de la salud, la asistencia en el sector familiar, comunitario y escolar.

“Los enfermeros y enfermeras, así como las comadronas, tienen derecho y merecen estar más valorizados e involucrados en los procesos que afectan a la salud de las personas y de la comunidad. Se ha demostrado que invertir en ellos favorece los resultados en términos de atención y salud en general”. Para ello, el Papa precisa la necesidad de potenciar su perfil profesional proporcionando herramientas científicas, humanas, psicológicas y espirituales para su adecuada formación; así como mejorar sus condiciones de trabajo y garantizar sus derechos para que puedan llevar a cabo su servicio con plena dignidad. En este sentido, las asociaciones de agentes de la sanidad tienen un papel importante, pues, además de ofrecer una estructura orgánica, acompañan a cada uno de sus miembros, “haciéndolos sentir parte de un cuerpo unitario y no se sientan perdidos y solos frente a los desafíos éticos, económicos y humanos, que conlleva la profesión”.

Un mensaje a las comadronas

El Papa dedica unas palabras a las  comadronas, que asisten a las mujeres embarazadas y las ayudan a dar a luz a sus hijos: “vuestro trabajo es uno de los más nobles que existen, dedicado directamente al servicio de la vida y de la maternidad. En la Biblia, los nombres de las dos parteras heroicas, Sifrá y Puá, se inmortalizan al comienzo del libro del Éxodo (cf. 1,15-21). También hoy el Padre celestial os mira con gratitud”.

 PUEDE DESCARGAR EL TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO AQUÍ

Fuente: Vatican News