Secretariado de Medios

Secretariado de Medios

En cumplimiento de las bases del III Concurso de Fotografía Tiempo de la Creación, este lunes 19 de junio se produjo la reunión del jurado —formado por Jesús Riaza, Ángel Camarero, Rafael Montojo y Mayte París— para fallar los premiados de este concurso organizado por la Diócesis de Segovia. En esta ocasión, los trabajos presentados han girado en torno al lema «Desde que sale el sol, hasta su ocaso», y los premios han recaído en:

 

Categoría infantil: Marco Llorente por «La estrella que me acompaña en el viaje»

GANADORA INFANTIL WEB

 

Categoría juvenil: Alba Olea por «Rayo de luz»

GANADORA JUVENIL WEB

 

Categoría adulta: Laura Herranz por «Una vida dedicada a la creación»

GANADORA ADULTO WEB

 

La entrega de premios tendrá lugar el próximo sábado 1 de julio a las 17.30 horas en la Sala de Caballerizas del Torreón de Lozoya. El Obispo de la Diócesis, Mons. César Franco, será el encargado de hacer entrega de los reconocimientos a los ganadores.

            Lo hará en un acto que servirá también para inaugurar una exposición en la que, además de las fotografías premiadas y las demás presentadas a concurso, se podrá contemplar una selección de obras pertenecientes a diferentes iglesias de la capital y la provincia, la Catedral y el Palacio Episcopal. Esta muestra podrá visitarse desde el propio día 1 de julio hasta el día 31 del mismo mes.

            La exposición de los trabajos presentados a concurso nos enseña a ver detrás de las imágenes la grandeza de la creación, el ingenio del ser humano y la belleza del entramado de colores. Especialmente, aprenderemos a respetar todo lo creado.

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El domingo 11 de junio Segovia volverá a vestirse de fiesta para conmemorar la Solemnidad del Corpus Christi, acontecimiento religioso de singular relieve por ser el propio Jesús Sacramentado el que sale a la calle.

            Solemnidad que se celebrará con una Eucaristía preparada con todo detalle, en la que se da un especial protagonismo a los niños que este año han recibido a Jesús en su Primera Comunión. La Santa Misa, presidida por el pastor de la Diócesis, Mons. César Franco, tendrá lugar a las once de la mañana en «la iglesia madre», la S.I. Catedral.

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Tras la celebración eucarística, la procesión con la custodia saldrá de la Catedral en torno a las 12.15 horas para recorrer las calles del centro de la capital. El Santísimo Sacramento irá custodiado en un ostensorio que data de 1540, en el carro triunfal de madera que, aunque recientemente restaurado, se remonta a 1740.

Este año el recorrido volverá a ser el mismo del año pasado, con la intención de poner de relieve el sentido religioso de la procesión y que los lugares por los que transite tengan relevancia.

De esta forma, se mantienen los cuatro altares en las iglesias de San Miguel, el Seminario diocesano, San Martín y el convento del Corpus Christi, con protagonismo de las hermanas Clarisas que lo habitan.

La procesión dará comienzo con la carroza saliendo de la Catedral, acompañada de los niños de Comunión y sus catequistas. Un cortejo que comenzará con la presencia del grupo a caballo, las cruces y banderas de la Catedral y la banda de la Hermandad de la Soledad Dolorosa de Santa Eulalia. Asimismo, en la procesión estarán presentes las cofradías penitenciales y eucarísticas.

Desde 2019 se incluyó también la presencia de Cáritas Diocesana, con un papel importante ya que el día del Corpus se celebra el Día de la Caridad. De hecho, son ellos los que cortan y esparcen por las calles el cantueso tan típico de esta festividad. Como novedad, se contará con representación de la Hospitalidad diocesana de Nuestra Señora de Lourdes y del Capítulo de Caballeros y Damas de la Reina Isabel la Católica.  Con presencia también de las Órdenes de caballeros y damas que fomentan la caridad, así como de los alumnos de la Academia de Artillería, que escoltarán la custodia del Santísimo.

Finalmente, desde la organización se invita a los residentes de las zonas por las que pase la procesión a engalanar los balcones para celebrar un día «para adorar a Jesús, presente en la Eucaristía; alabar con nuestros cantos; y dar gracias a Dios por tantas cosas que tenemos a nuestro alrededor».

 

Jueves, 01 Junio 2023 12:21

REVISTA DIOCESANA JUNIO 2023

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La solemnidad de Pentecostés con la venida del Espíritu Santo clausura el tiempo de Pascua e inicia lo que se ha dado en llamar «tiempo del Espíritu» o «tiempo de la Iglesia». La historia de la salvación está dividida en tres etapas: la primera, desde la creación hasta la encarnación, tiene por protagonista al Padre; la segunda, desde la encarnación a pentecostés, es el tiempo del Hijo; y, desde entonces hasta el fin de la historia, el Espíritu Santo dirige la barca de la Iglesia. Naturalmente, el hecho de que cada etapa se adjudique a una de las tres personas de la Trinidad no significa que actúen por separado pues en la salvación todos actúan en plena armonía y comunión.

            Al partir de este mundo, Jesús dice a sus apóstoles que les enviará desde el Padre al Espíritu Santo, y esto sucede en Pentecostés. Quizás sorprenda a los lectores del Evangelio de Juan que sitúe la donación del Espíritu Santo a los apóstoles el mismo día de la resurrección, tal como se proclama en la liturgia de este domingo. Jesús, en efecto, se aparece a los Doce al anochecer de aquel día y, mediante el gesto de soplar sobre ellos, les otorga el Espíritu Santo con la capacidad de perdonar los pecados. La acción de soplar recuerda lo que hizo Dios al crear a Adán, cuando sopló sobre él para darle vida. Jesús exhala su aliento para otorgar la nueva vida que trae. Al describir este gesto de Jesús, el evangelista quiere decir que con la resurrección de Jesús el Espíritu es comunicado a los suyos, aunque sea en Pentecostés cuando se manifieste sobre toda la Iglesia, reunida con María, de forma solemne y portentosa.

            En la aparición de Jesús resucitado en la escena que acabo de comentar hay tres palabras que definen los dones que trae Jesús resucitado: paz, alegría y perdón. El saludo de Jesús, “paz a vosotros”, significa la plenitud de los dones mesiánicos. Además de ser el saludo normal entre judíos, la paz de Jesús representa, en este caso, la llegada del tiempo definitivo, cuya nota distintiva es la paz. La alegría que experimentan los apóstoles «al ver al Señor» es también el signo de los tiempos nuevos: una alegría que, según Jesús, nadie les podrá arrebatar. Es la alegría de saberse salvados y amados por Dios. Finalmente, el perdón de los pecados, relacionado con la paz, revela que Dios ha establecido una alianza definitiva con el hombre a través de la muerte y resurrección de Jesús.

            Todo esto es Pentecostés. Y todo esto es obra del Espíritu que actúa como admirable constructor de la Iglesia. En el relato de los Hechos de los Apóstoles que lee hoy la Iglesia en la liturgia, se dice, además, que los apóstoles estaban reunidos «en un mismo lugar» con María, la madre de Jesús, algunas mujeres y con sus hermanos. Es la Iglesia en su variada composición. La expresión «en un mismo lugar» no se entiende solo como referencia a un sitio físico, sino a la comunidad establecida por la oración común. El Espíritu, al descender sobre la comunidad, la constituye en «católica», es decir, universal. De ahí que pueda expresarse en todas las lenguas, de forma que todos los hombres puedan escuchar el evangelio «en su propia lengua». La confusión generada en Babel desaparece en Pentecostés con el Espíritu de unidad, gracias al cual, cada cristiano puede decir, como afirma san Pablo, que «Jesús es Señor», el Resucitado, y anunciar a los demás la salvación.

            Al preparar el sínodo sobre la sinodalidad, esta fiesta nos ayuda a entender el verdadero sentido de esta palabra. Sínodo significa «caminar con» otros. Esto solo es posible si nos dejamos llenar del Espíritu que infunde en la Iglesia el conocimiento de Dios y nos permite confesar con alegría la fe al mundo de hoy.

 

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Más de 10 mil alumnos de la provincia de Segovia se encuentran cursando la asignatura de Religión Católica en el presente curso 2022/2023 en los diferentes centros escolares, públicos y concertados. Esto quiere decir que la mitad del alumnado de Segovia (50,45%) escoge esta asignatura y que a pesar de situarse por debajo de la media regional —162.568 alumnos, es decir el 68,47% del alumnado del sistema escolar obligatorio— es una cifra más que notable atendiendo al número total de centros de nuestra provincia.

            En lo que respecta a la Diócesis, hay un total de 7.474 alumnos de la enseñanza pública (repartidos en 64 centros) y 2.881 alumnos de la enseñanza concertada (en 3 centros) los que estudian la asignatura de Religión Católica en los niveles educativos que abarcan desde Infantil hasta Bachillerato, según datos recogidos por la Delegación diocesana de Enseñanza.

Cabe destacar que, si bien en la enseñanza concertada el mayor número de inscritos se registra en la etapa de Primaria —1.187 alumnos—, las mejores cifras en la pública se recogen en las etapas de Primaria y Secundaria con 3.623 y 2.386 alumnos inscritos, respectivamente.

Estos datos arrojan, un año más, una respuesta positiva de las familias segovianas y los propios alumnos a esta propuesta formativa. Y es que, a pesar de las dificultades existentes, la asignatura de Religión, de oferta obligatoria para los centros y de libre elección para los estudiantes, aglutina a la mitad de los alumnos matriculados en Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria y Bachillerato en la provincia. Esto nos muestra que las familias siguen considerando que la enseñanza religiosa católica es un elemento decisivo para la formación integral de sus hijos.

Valoración optimista

En reunión mantenida en Tordesillas, los delegados diocesanos de enseñanza de Castilla y León han analizado la nueva situación en la que se encuentra la enseñanza de Religión en el modelo escolar constatando que, aunque la LOMLOE se ha incorporado a los centros educativos con más dudas que certezas, la respuesta de las familias a la oferta del área de religión sigue siendo buena en el conjunto del territorio regional.  

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Pese al notable rechazo social que generó la llamada «Ley Celaa», y que en algunas comunidades autónomas ha producido un evidente deterioro en la enseñanza de Religión, los responsables de educación en las Diócesis reconocen que el diálogo permanente con la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León ha permitido mantener prácticamente la misma carga lectiva de la asignatura en todos los niveles, y avanzar en la búsqueda de un modelo de respeto hacia la efectiva libertad de elección de las familias y de la normalización progresiva del estatus del profesorado de Religión. En este sentido, los delegados diocesanos indicaron que en próximas jornadas se reunirán de nuevo con miembros de la Consejería para presentarles propuestas concretas de mejora en orden a diseñar el marco escolar en el que se impartirá el área en el curso 2023-24.

Las cifras recogidas en la región están más de once puntos por encima de la media nacional, por lo que los delegados diocesanos las valoran satisfactoriamente, aunque no cabe duda de que se ha producido una disminución porcentual de matriculación que responde a razones sociológicas y, como no podía ser de otra manera, a una mala solución legislativa por la excesiva politización de la enseñanza de la religión que en poco ayuda a su definitiva normalización. En este sentido, una vez más, los delegados diocesanos invitan a los diferentes actores de las administraciones educativas a buscar soluciones en los modelos escolares europeos que, en la gran mayoría de los casos, integran perfectamente la asignatura en el sistema escolar.

En otro orden de cosas, las delegaciones diocesanas de enseñanza reconocen y agradecen el enorme esfuerzo realizado en este curso por los profesores, que han participado en un exigente proceso de inmersión en la pedagogía de la LOMLOE para contribuir desde el área de religión a la construcción del perfil de salida de los alumnos tal y como plantea la nueva ley.

Para el próximo curso los delegados diocesanos seguirán insistiendo en que la clase de religión no se reduce a un anuncio confesional del Evangelio, sino que asume e integra la experiencia religiosa cristiana en la cultura y ofrece una formación decisiva en la construcción de la identidad personal y social del alumno. Solo desde ese diálogo con la cultura se evitará la fragmentación dándole al ser humano la posibilidad de alcanzar su desarrollo pleno. Así, pues, los delegados plantean que la clase de Religión en Castilla y León sea una llamada a provocar un diálogo entre la fe, la razón y las ciencias para seguir creando espacios donde quepamos todos, fomentando la cultura del encuentro, de la creación de redes y de la acogida.

En este nuevo escenario curricular, los delegados diocesanos preparan ya un encuentro regional de profesores que será previo a un congreso de carácter nacional en el que se compartirán buenas prácticas docentes que ayuden a mejorar la calidad de la formación del profesorado para que esta redunde en el mejor servicio a la educación de sus alumnos.

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El domingo 21 de mayo, solemnidad de la Ascensión, la Iglesia celebra la LVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Un día que se celebra bajo el lema «Hablar con el corazón “en la verdad y el amor”», lanzando así una llamada a las personas que desarrollan su labor en el ámbito de la comunicación a transmitir informaciones veraces para garantizar una sociedad avanzada y crítica.

            Con motivo de esta efeméride se quieren poner en valor las actuaciones encaminadas a proteger una de las partes más importantes de nuestra Diócesis: el patrimonio. Así, el sábado 20 de mayo a las siete de la tarde, la iglesia de San Martín de la capital acogerá la charla de Alfonso González Gaisán, director facultativo del proyecto, quien desgranará las actuaciones que se han llevado a cabo recientemente en la cubierta y armadura del campanario del templo. Una intervención acometida por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León con el fin de asegurar la protección frente a las aguas pluviales del conjunto escultórico del atrio norte. Asimismo, se ha recuperado al seguridad estructural y constructiva de la armadura del cuerpo de campanas y se han corregido daños puntuales en el cimborrio.

            A continuación, el Secretariado de Comunicación Social de la Diócesis rendirá homenaje y mostrará su agradecimiento a José María Rubio Marugán por su colaboración y entrega con esta delegación diocesana durante las últimas dos décadas.

            Finalmente, la iglesia de San Martín acogerá un concierto de la Coral Villaodón, proveniente de la madrileña localidad de Villaviciosa de Odón. Dirigida por Antonio Bautista Díaz, está compuesta por casi una treintena de sopranos, altos, tenores y bajos que interpretarán piezas de música sacra.

 

CONCIERTO CORAL

BODAS DE ORO. 50 AÑOS

Mons. César A. Franco Martínez

BODAS DE PLATINO. 65 AÑOS

Juan Pablo Martín Nieva

Mariano Tejedor Domingo

BODAS DE TITANIO. 70 AÑOS

Cipriano Herranz Herrero

BODAS DE BRILLANTES. 75 AÑOS

Manuel González Cano

 

BODAS SACERDOTALES 03

 

Con la solemnidad que merece y las ganas de reunirse y celebrar tras dos años de pandemia que tanto han limitado. Así han celebrado hoy los sacerdotes de la Diócesis a su patrón, san Juan de Ávila. La iglesia del Seminario ha sido el escenario en el que, bajo la mirada de la imagen del santo —y sus reliquias—, se ha celebrado la Eucaristía con la que se ha rendido homenaje a quienes hoy celebran sus bodas sacerdotales, pero también a todo el presbiterio de la Diócesis.

     Arropados por sacerdotes, familiares, amigos y feligreses, los cinco presbíteros homenajeados han concelebrado la Eucaristía, presidida por Mons. César Franco. Una celebración que también ha contado con la presencia de D. Ángel Rubio, obispo emérito.

     En su homilía, don César se ha erigido en portavoz de sus compañeros para recordar los años de ministerio, sin creerse aún que esté cumpliendo 50 años de sacerdocio. «Por delante de nosotros va el Señor resucitado que abre el camino», ha trasladado a sus hermanos presbíteros, asegurando que han dejado también al lado del río la red llena de peces, «símbolo de la pesca del Señor que se ha servido de nosotros, sus humildes pescadores».

            Los sacerdotes homenajeados fueron ordenados en mayo, tiempo de Pascua, lo que le ha servido a Mons. Franco para alabar este tiempo litúrgico, tan importante en la vida del Señor y el ministerio sacerdotal. «El Señor nos ha llamado y nos ha puesto ante el mundo como luz de las gentes para la salvación hasta el confín de la tierra», ha asegurado el Obispo de la Diócesis para, a renglón seguido, mantener que «no tendríamos años» para cumplir la misión encomendada, «es algo que nos supera y nos trasciende», ha agregado.

            Por eso, don César ha afirmado que hoy, día de San Juan de Ávila, es día para dar las gracias a todos los que han hecho posible que los presbíteros hayan llegado al ministerio. Ha aprovechado en este punto para agradecer al cardenal Tarancón que le ordenó, por los sacerdotes y profesores, por los amigos y por el pueblo santo de Dios «que ha hecho que pudiéramos serviles».

            El Obispo se ha mostrado conmovido por sus compañeros mayores, y por su fidelidad como respuesta a la fidelidad de Dios. En un día como hoy, también ha dicho que es necesario someterse a la pregunta del Señor «¿me amáis?», para responder que, a pesar de las deficiencias de cada uno, «por supuesto que le amamos».

            Durante su homilía, don César también ha hablado de la figura de san Juan de Ávila un referente cuya trayectoria puede desanimar a la comparación, pero, según ha asegurado, puede estimular a los sacerdotes para su ministerio. A renglón seguido, ha dado gracias a Dios por permitirle oficiar la Eucaristía porque «no hay nada comparable con el don de prestar mis labios y mis manos a Cristo para hacerle presente en medio de la comunidad».

            Finalmente, Mons. Franco ha animado a sus hermanos a mostrar su agradecimiento al Señor por haberles permitido cuidar del rebaño de Cristo.

            Antes de finalizar la Eucaristía, una feligresa ha leído un poema de D. Rafael Matesanz, que hubiera cumplido 90 años, en señal de agradecimiento por los años de ministerio de los sacerdotes homenajeados.

Comisión para la adecuación de la Diócesis a las necesidades pastorales

Antes de la Eucaristía, los sacerdotes han podido conocer de primera mano el resultado del trabajo de la Comisión para la Adecuación de la Diócesis a las necesidades pastorales actuales, integrada por sacerdotes y laicos de diferentes perfiles de la Diócesis. Una iniciativa que surgió de la Asamblea Presbiteral de noviembre de 2021 celebrada en Ávila.

 

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Don Ángel Galindo, don Fernando Mateo y David San Juan han sido los encargados de presentar el documento que recoge el trabajo que los miembros de la comisión han desarrollado este último año. Un documento que, aunque no es definitivo, sienta las bases para desarrollar propuestas más concretas en el ámbito territorial y pastoral de nuestra Diócesis.

            Así, tras la exposición de la fundamentación teológica se ha procedido a exponer el análisis realizado de la situación pastoral y territorial diocesana, especialmente en cuanto a situaciones a afrontar y resolver para, a continuación, proponer las líneas de actuación que sirvan de punto de partida para establecer acciones concretas.

            Un paso previo para que todos los que formamos parte de la Diócesis trabajemos en sinodalidad para responder a las necesidades existentes y hacerlo de la manera más eficaz y atenta posible.

Viernes, 28 Abril 2023 12:01

REVISTA DIOCESANA MAYO 2023

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El cuarto domingo de Pascua se llama domingo del Buen Pastor porque Jesús se presenta a sí mismo con esta entrañable imagen tan querida para el pueblo de Israel. Muchos factores intervinieron en la aplicación a Dios de esta imagen con la que el pueblo oraba en uno de sus más conocidos salmos: «El Señor es mi pastor, nada me falta» (Sal 22). La experiencia nómada en el desierto; la elección de David como rey de Israel cuando era un simple pastor de ovejas; los anuncios proféticos de que Dios gobernaría a su pueblo como un pastor, contribuyeron a forjar la imagen. La mala experiencia de reyes indignos alimentó la esperanza de que un día sería Dios mismo, sin necesidad de mediadores, el Pastor de Israel.

            Jesús se proclama a sí mismo como el buen pastor al margen de cualquier connotación política o de realeza mundana. El capítulo 10 de san Juan, del que leemos hoy un fragmento, desarrolla esta comparación en un claro contraste entre los bandidos, salteadores y mercenarios que abandonan o destrozan el rebaño, y Jesús, que da la vida por sus ovejas y la expone ante los peligros que las amenazan. La nota singular del pastoreo de Jesús es que da la vida por sus ovejas, una vida abundante que conduce a la eternidad. En la primera carta de Pedro se explicita aún más esta imagen refiriéndola a la muerte de Jesús en la cruz: «Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Con sus heridas fuisteis curados. Pues andabais errantes como ovejas, pero ahora os habéis convertido al pastor y guardián de vuestras almas» (1 P 2,24-25). Y la carta a los Hebreos afirma que Dios «hizo

retornar de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna» (Heb 13,20).

            Esta rica simbología muestra que la Parábola del Buen Pastor arraigó en la vida de la Iglesia primitiva para expresar el misterio pascual de Cristo. Jesús deja claro, además, que él es «la puerta de las ovejas». No dice la puerta del redil, sino de las ovejas, detalle que no es insignificante. Son las ovejas las que pueden «entrar y salir» por él, expresión bíblica que significa «moverse con toda libertad» para encontrar los pastos que buscan. Entrar y salir por Jesús revela la libertad de los cristianos para asegurarse la vida que hay en él como Señor resucitado, pastor y guardián de nuestras almas. Los cristianos saben que quien le sigue encontrará los pastos de vida eterna, pero, la imagen de la puerta por la que se entra y se sale indica que es en él donde se alcanza la vida abundante.

            Sin necesidad de violentar la imagen, se puede decir que el simbolismo de la puerta conduce espontáneamente a la escena del Calvario en la que el soldado abre el costado de Jesús con una lanzada. El evangelista, testigo de lo acontecido, dice que al punto salió sangre y agua. Si pensó o no en lo que había dicho Jesús sobre su condición de «puerta de las ovejas», no podemos asegurarlo. Una cosa es cierta: los Padres de la Iglesia vieron en el agua y la sangre que manan del costado de Cristo el símbolo de los sacramentos de la Iglesia y la efusión del Espíritu que había profetizado Ezequiel bajo la imagen del agua. ¿No están aquí los pastos abundantes que Jesús promete a sus discípulos? ¿No se abre la puerta que da acceso definitivo a los bienes de la salvación? Es obvio que el testimonio del evangelista trasciende el hecho físico que narra. Por eso, lo justifica con dos citas de la Escritura: «No le quebrarán un hueso» y «mirarán al que atravesaron». De esto se trata: de mirar al Traspasado para comprender que es Pastor y es Puerta.

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ACCIÓN MISIONERA01

 

En 1998, un grupo de feligreses de la parroquia de San Lorenzo de Segovia capital pusieron en marcha el proyecto de hermanamiento con el barrio de La Pradera en Caracas (Venezuela). Con el acompañamiento de su párroco, don Enrique Martín, su objetivo se centraba en ayudar a quienes más sufren, los niños. La intención era facilitarles educación, alimentación y sanidad, contribuyendo a forjarles un futuro digno y un proyecto de vida.

            Don Ángel Martín de Andrés, quien fuera por entonces delegado de Misiones de la Diócesis, facilitó el contacto con los segovianos que se encontraban en territorio de misión. Gracias a su trabajo, se logró contactar con la hermana M.ª Jesús Agüera Sacristán (de la congregación de Misioneras de Acción Parroquial, las «carboneras»), que se encontraba ayudando en las favelas de Caracas.

            El grupo de Acción Misionera Parroquial ponía en marcha el hermanamiento con la finalidad de rescatar a los niños de la calle. La idea era (y es) ayudar a revertir la situación de exclusión social que viven los niños en La Pradera. Desde entonces, cada año se recogen entre ochenta y cien niños de las favelas para facilitarles e introducirles en el sistema educativo público de Venezuela, se les inscribe en registros oficiales, y se les facilita una comida diaria, así no tienen que buscarse el sustento en la calle y se les brinda una oportunidad para que su única salida de supervivencia   no sea la delincuencia.

            Ahora se cumplen 25 años de trabajo y entrega desprendida. Unas bodas de plata que el grupo quiere festejar con su barrio y con toda la ciudad. Y es que, el apoyo y las ganas de involucrarse de vecinos y segovianos desde el principio, han favorecido que la misión se haya extendido a Dete (Zimbabwe) ya Puerto Príncipe (Haití).

            Aquel rastrillo y pincho solidario que se pusieron en marcha para financiar el proyecto, se han convertido ahora en un rastrillo y caminata solidarios que cada año congregan a más personas. Este año, la XXI Caminata Solidaria se celebrará el lunes 1 de mayo, con salida a las 11 de la mañana de la plaza de San Lorenzo (previa inscripción desde media hora antes). Y el rastrillo será el domingo 7 de mayo en la misma plaza del barrio.

            Pero antes, las celebraciones comenzarán este próximo jueves día 27 de abril. A las 19 horas se presentarán varios testimonios misioneros, con la presencia de don Enrique Martín, Juan Carlos Romano (miembro fundador del grupo), María Jesús Agüera (misionera en La Pradera), Felipa Fuentetaja (miembro del grupo que estuvo en La Pradera), don Isaac Benito (delegado de Misiones y misionero den Dete) y Lucía Sánchez-Turrero (misionera en Puerto Príncipe). Después, es inaugurará la exposición fotográfica «Somos Misión» en el atrio de la iglesia de San Lorenzo, visitable antes y después de las celebraciones eucarísticas.

            Además, el domingo 30, don César presidirá la Eucaristía conmemorativa a las 13 horas en la parroquia de San Lorenzo.

            Actividades para celebrar 25 años de servicio, acompañamiento y trabajo para hacer más fácil la vida de quien no lo tiene sencillo.

 

ACCIÓN MISIONERA GENERAL