El acuerdo contempla una financiación, a partes iguales, de 240.000 euros por parte de las dos instituciones.
El presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente y el Obispo de la Diócesis de Segovia, César Franco han firmado un convenio de colaboración para restaurar el patrimonio cultural de los pueblos de la provincia. Con este acuerdo, ambas instituciones destinarán 240.000 euros, financiados a partes iguales, a la restauración, conservación y reparación de cinco templos en la provincia.
El obispo se ha mostrado muy satisfecho tras la firma del acuerdo ya que “se recupera esta colaboración que ya había existido años atrás para la conservación del patrimonio eclesiástico de la Diócesis”. César Franco ha destacado que se intervendrá en cinco templos “que necesitan una restauración y que, gracias a la aportación de la Diputación, el Obispado, las parroquias e incluso algunos ayuntamientos garantizamos que las iglesias se mantengan y que el servicio que la Iglesia presta a la sociedad, tanto creyentes como no creyentes, pueda seguir llevándose a cabo”. Por último, monseñor Franco ha concluido que “todo lo que sea la colaboración entre las instituciones es un bien para toda la sociedad”.
Por su parte, el presidente de la institución provincial, Miguel Ángel de Vicente, considera que se trata de “poner en valor y recuperar el patrimonio que se encuentra en los municipios de la provincia y que tiene, además del valor espiritual para algunas personas, también un gran valor cultural”. Para el presidente provincial, “precisamente en este último aspecto es donde tiene que estar la Diputación, ayudando a esas parroquias para poner en valor ese patrimonio y recuperar este recurso cultural en nuestros pueblos”. Este acuerdo pretende, por tanto, conservar estos templos que no están catalogados oficialmente como monumentos, pero forman parte del patrimonio arquitectónico del medio rural.
Fruto de este acuerdo, nace una comisión que será la encargada de decidir cuáles serán las iglesias en las que se va a intervenir siguiendo criterios de gravedad, urgencia y necesidad.
El confinamiento decretado con la declaración del estado de alarma ha llevado consigo la paralización de muchas actividades pastorales y la suspensión de la convocatoria pública de la celebración de la Eucaristía, como consecuencia de la recomendación sanitaria y gubernamental de permanecer en casa. Al no poder participar la inmensa mayoría del pueblo de Dios en la Misa dominical, la Comisión Ejecutiva de la CEE, en su reunión del 13 de marzo, víspera de la entrada en vigor del estado de alarma, recomendó que “durante este tiempo cada Obispo pueda dispensar del precepto dominical a quienes no participen presencialmente en la Eucaristía por estos motivos”.
El pueblo de Dios ha vivido un sorprendente ayuno eucarístico que ha avivado el deseo del encuentro con el Señor en la escucha de la Palabra, en la oración doméstica y en el servicio a los pobres. Incluso las celebraciones a través de los medios nos han ayudado a reconocernos como pueblo de la Eucaristía que experimenta que sin el Domingo no puede vivir. Parece muy conveniente impulsar esta experiencia de profundización en el significado de la celebración eucarística, sacramento de nuestra fe y fuente viva de amor fraterno y de esperanza.
Por ello, finalizado el estado de alarma y modificadas las circunstancias, conviene animar al pueblo de Dios a la celebración presencial de la Eucaristía, especialmente el Domingo, con las prudentes medidas de prevención de contagios. Por ello, la Comisión Permanente de la CEE recomienda a los Obispos, teniendo en cuenta las circunstancias de sus Diócesis, proponer el criterio habitual de la Iglesia respecto a la participación de los fieles en la Misa dominical recogido en el Catecismo de la Iglesia Católica (2180-2183).
Este nuevo impulso, prudente por la pandemia que permanece entre nosotros, ha de recordar la llamada a todo fiel católico a participar, de manera presencial, en la celebración común de la Eucaristía dominical como testimonio de pertenencia y fidelidad a Cristo y a su Iglesia.
Fuente: CEE
La parábola del sembrador que leemos este domingo en la liturgia es una llamada a acoger la Palabra de Dios para que fructifique en el corazón. Entre los obstáculos que encuentra la semilla, esparcida a voleo por el sembrador sobre la tierra, Jesús habla de la falta de raíces y de la inconstancia. Dos peligros muy actuales de nuestro tiempo. Ambos impiden que la palabra arraigue y dé mucho fruto.
Nuestra sociedad, aquejada de escepticismo y del relativismo que todo lo reduce a lo que cada persona determina en su subjetividad, se ha convertido, según la expresión de Bauman, en una sociedad «moderna líquida». Al definir este concepto, dice que «es aquella en que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en unas rutinas determinadas». Los cambios frenéticos de nuestra sociedad impiden ciertamente consolidar hábitos, o, con palabras de Jesús, echar raíces. Sorprende la enorme dificultad que tienen las nuevas generaciones para —como simple ejemplo— alcanzar el hábito del estudio, o la disciplina para someterse a un horario que, con toda libertad, uno se impone a sí mismo. El Papa Francisco ha definido muy bien la fisonomía de la nuestra sociedad: «En la cultura predominante, el primer lugar está ocupado por lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial, lo provisorio. Lo real cede el lugar a la apariencia» (EG 62).
¿Se pueden así consolidar hábitos? ¿Es posible desde esta perspectiva educar en virtudes? Si, como dicen los clásicos tratados morales, la virtud es un hábito operativo bueno, ¿se dan las condiciones necesarias para luchar contra la inconstancia que produce lo rápido, superficial y provisorio?
La vida espiritual sólo es posible en la tierra abonada donde la palabra de Dios eche raíces al ser escuchada con atención y acogida con esmero. Si no queremos que lo real ceda a la apariencia y que la vida se nos escape como el agua entre las manos necesitamos tiempo para la escucha, silencio y recogimiento para que la verdad —la verdad última de las cosas y de uno mismo— se aposente en nuestro interior y nos acostumbremos a su amigable presencia. Es imposible ser amigo de la verdad sin contemplarla cara a cara como hacen los enamorados. La crisis espiritual de nuestro tiempo, más dramática que cualquier otra, consiste en hacer como Poncio Pilato ante Jesús: cuando éste le habló de la verdad, salió huyendo con el irónico «¿qué es la verdad?».
Jesús se define a sí mismo como «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Se ha escrito mucho sobre esta tríada, que en realidad es una sola realidad contemplada desde tres ópticas: la moral, la metafísica y la existencial. Como «camino» hacia Dios, Jesús nos precede para que pisemos sus huellas. Para esto se necesita atención, mucha atención a sus pisadas. Como «verdad», Jesús nos asienta en lo que constituye el horizonte del ser, que todo lo sustenta, y que nunca perece con lo efímero; es la verdad que busca todo hombre con ansias de conocer lo que Ortega y Gasset llamaba el «núcleo trascientífico de las cosas, su religiosidad». Verdad y religión van de la mano. Como «vida», Jesús nos hace participar de la vida eterna que porta en su carne humana. Si Dios en el Antiguo Testamento se nombra a sí mismo como «el que es», Jesús revela que aquel que es no es una abstracción, una entelequia, es la Vida misma que se comunica a los hombres de forma real, aunque misteriosa. ¿Hay algo en el hombre que no sea misterio? No sé si me he ido muy lejos de la parábola de Jesús. Pero hay veces que, al escuchar sus parábolas, pensamos que son sólo bonitas historias y no dejamos que su palabra eche raíces en nuestra tierra.
+ César Franco
Obispo de Segovia
Nuevamente en contacto con ustedes para contaros lo que todavía está sucediendo en Bolivia en este extraño momento histórico en que nos encontramos. Soy José María Hernando, misionero Pasionista desde 1988 por estas tierras bolivianas.
Seguimos en cuarentena porque a estas alturas y después de más de 3 meses de su inicio, los casos de contagiados siguen aumentando en todo el territorio, si bien, esto es más acentuado en los Departamentos de Santa Cruz y Beni. No ha servido este tiempo para remitir la pandemia, sino todo lo contrario. Por esto y ante la incertidumbre del futuro, se acaba de organizar, hoy sábado 20, “la cruzada por la vida”, donde médicos, personal de salud y voluntarios visitarán durante 15 días, casa por casa, para detectar casos de contagios y aislarlos. Ha sido un acuerdo interinstitucional donde también ha intervenido la Iglesia con sus voluntarios parroquiales.
Qué hemos hecho durante este tiempo. Yo personalmente me he involucrado mucho desde el principio. Me propusieron desde un canal de Tv y radio, iniciar un proyecto: “La bolsa solidaria”. El día 25 de marzo lo iniciamos y el 30 estábamos ya repartiendo “bolsas” por los barrios más pobres de las periferias de Santa Cruz. Así estuvimos todo el mes de abril hasta mediados de mayo; cuando ya la Alcaldía, Gobernación y Gobierno central se estaban haciendo cargo. A partir del 10 de mayo, el proyecto se re direccionó hacia “las ollas solidarias” de la Parroquia. Las capillas se han organizado con los feligreses y otros del barrio para hacer estas ollas comunes y así rentabilizar los propios alimentos. Seguimos con las ollas, que ya han disminuido de 8 a 3, por los riesgos de contagio. Lo último que estamos haciendo es concentrar los alimentos en las capillas y los encargados hacen bolsas para las familias más necesitadas. Los recursos económicos los captamos de los mismos feligreses de la Parroquia que en la medida que se van enterando del número de cuenta bancaria, van aportando. Hasta ahora ha prevalecido la generosidad y no nos han faltado alimentos. Me piden un mensaje de esperanza.
Realmente es difícil; aunque nunca tenemos que perderla, porque perderla significa el sin sentido o la muerte. Te digo difícil porque cuando ves el panorama, puedes deprimirte y mucho más, mirando el futuro incierto que nos espera: enfermedad, dolor, falta de trabajo, problemas familiares, etc. De todas formas, el ser humano tiene la capacidad de salir de su propia miseria, depresiones, problemas y resurgir de nuevo. Volver a empezar. La esperanza que podemos infundir en estos momentos se traduce en lucha constante contra muchas adversidades. La fe es la fuerza para lucha y recuperar la esperanza. Termino animando a todos a ser longánimes, palabra que casi está en desuso, pero que pertenece a la más sana espiritualidad cristiana.
La longanimidad está en estrecha relación entre la perseverancia y la constancia frente a los obstáculos y las adversidades. Tiene mucho que ver con la benignidad, clemencia y generosidad; que vamos a requerir mucho en la llamada “nueva normalidad”.
Jose María Hernando. C.P.
En la Misa funeral por las víctimas del coronavirus, convocada por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) este lunes, 6 de julio, en la catedral de la Almudena, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha subrayado que en un tiempo en el que «parece que todo se ha oscurecido» como es este de la pandemia «no estamos solos, Dios nos acompaña y no nos deja».
Haciendo referencia al pasaje de la muerte de Lázaro proclamado en el Evangelio, el también vicepresidente de la CEE ha reconocido que «lo primero y más humano es llorar como ellas [Marta y María] y sentirnos solidarios con las lágrimas de miles de personas que ha perdido a sus seres queridos y que aún viven las consecuencias de un duelo tan complejo». Pero igual que Jesucristo consoló a las hermanas de Lázaro, también «nos visita a nosotros […] y nos dice hoy: “Tu hermano resucitará”».
En estos meses «nos hemos sentido frágiles y desorientados» pero Cristo, como hizo con los discípulos, nos invita a no tener miedo. «Estamos llamados a remar juntos, necesitamos confortarnos mutuamente», ha añadido el arzobispo de Madrid, en un momento en que «la humanidad necesita recordar dos sustantivos: hijos y hermanos». «Somos todos hijos de Dios y, por eso, hermanos entre nosotros», ha puntualizado, y ha puesto en valor la labor de tantos profesionales que en estos meses «no han vivido para sí mismos sino para los demás».
El purpurado ha concluido su homilía destacando las tres llamadas que el Señor hace «a los que vivimos en comunión con Él»: defender el derecho a la esperanza, dar ánimos y no guardarse «el tesoro que es Jesucristo para nosotros».
Llamada a volver la mirada a Jesucristo
El cardenal Juan José Omella, presidente de la CEE, también ha querido mostrar la cercanía de la Iglesia que peregrina en España con las víctimas al hacer suyo «el dolor, el sufrimiento de los familiares de los difuntos». Un dolor profundo que ha provocado no solo su muerte sino «también las condiciones de su partida, lejos del contacto de sus familiares y amigos, sin poder cruzar palabra».
El mejor regalo que se les puede hacer, en palabras del también arzobispo de Barcelona, es «nuestra oración y acción de gracias por todos y cada uno de ellos». Recordando unas palabras de Calderón de la Barca, ha deseado que «todo lo vivido y sufrido sea acogido como una llamada a volver nuestra mirada y nuestra existencia hacia Jesucristo».
Presencia de los reyes y de familiares de víctimas
La Misa funeral, que ha sido concelebrada por más de 35 obispos y numerosos sacerdotes, ha contado con la presdencia de sus majestades los reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, así como la vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, en representación del presidente del Gobierno; la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet; la presidenta del Senado, M.ª Pilar Llop; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villaroya; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el presidente del PP y líder de la oposición, Pablo Casado, entre otros.
Además, entre los asistentes, bajo la imagen de Santa María la Real de la Almudena, se ha situado un grupo de más de 70 familiares de fallecidos a causa de la pandemia, localizados a través de las vicarías de la diócesis de Madrid. Justo enfrente han estado los representantes de las Iglesias y de las confesiones, así como una representación de los agentes sociales y eclesiales que durante esta pandemia están trabajando en favor de los demás: personal sanitario, voluntarios de Pastoral de la Salud, de Cáritas y de la Orden de Malta, mIembros de las Fuerzas Armadas, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y miembros de los Bomberos.
Antes de concluir la Misa, el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, que estuvo ingresado por coronavirus, ha leído la oración ante la pandemia del Papa Francisco: «Oh, María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, salvación de todos los pueblos, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba».
Fuente: Archidiócesis de Madrid
La Memoria 2019 de Cáritas Castilla y León resume el compromiso cotidiano hacia una sociedad más humana de técnicos, voluntarios, participantes, colaboradores, socios y donantes que conforman las 11 Cáritas Diocesanas de la región (Astorga, Ávila, Burgos, Ciudad Rodrigo, León, Osma-Soria, Palencia, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora).
En el último año, la intervención de todos estos agentes hizo posible que Cáritas llegara a más de 130.000 personas con sus proyectos sociales, en los que invirtió cerca de 34 millones de euros.
El quehacer de las Cáritas Diocesanas se fundamenta en la acogida, el encuentro y el acompañamiento orientado a la promoción, autonomía, corresponsabilidad y participación de las personas. Este acompañamiento se desarrolla mediante 381 equipos parroquiales, 82 interparroquiales, arciprestales y diocesanas y 92 centros sociales.
La acción de Cáritas se consolida a nivel regional gracias a sus voluntarios y técnicos. Casi 5.000 voluntario ponen al servicio de la sociedad sus capacidades profesionales y humanas para contribuir una sociedad más caritativa donde todas las personas tengan cabida, un mundo donde nadie se sienta excluido y rechazado, donde se respete su dignidad y sus derechos. Junto a ellos caminan los socios y donantes que contribuyen a esta labor compartiendo sus bienes.
Transparencia
Cáritas Castilla y León invirtió 33.885.676 euros lo que supone un decrecimiento con respecto al año anterior de 3.086.499 euros, éstos evidencian el rigor que identifica el trabajo de Cáritas plasmado por medio de sus agentes contratados, un total de 903.
Los ámbitos a los se destina más inversión son por este orden, Mayores (10.872.605), Acogida y Asistencia (4.773.833), Empleo y Economía social (4.209.807), Personas sin hogar (3.537.163), Personas con Adicciones (2.987.674) e Infancia (1.371.440).
Situación actual
El Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en Castilla y León 2019 ya ponía de manifiesto datos preocupantes en la comunidad como por ejemplo el número de personas en exclusión social, 368.000, es decir, el 15,3% de la población se encontraba dentro de la sociedad estancada y algunos retos en lo relativo a vivienda digna, empleo, sanidad y envejecimiento poblacional.
Ahora, sumergidos en la crisis sanitaria, social y económica tras el impacto del Covid 19 la situación empeora notablemente, y los datos recogidos hasta la fecha, a raíz de las intervenciones de las Cáritas Diocesanas durante el estado de alarma, auguran un aumento de la pobreza severa.
“Es hora de que pensemos y reflexionemos y que nos demos cuenta de que tenemos que tomar partido y comprometernos en medio de esta sociedad, que hay que buscar un modelo distinto de sociedad, que tenemos que replantearnos la forma de vivir. El mundo tiene que cambiar, pero nosotros también. Y que crezca la compasión, cuidar a la gente y acercarnos a las personas que han caído, personas heridas con miles de problemas de todo tipo, personas que necesitan un acompañamiento”. Antonio J. Martín de Lera, presidente de Cáritas Castilla y León.
LEA Y DESCARGUE AQUÍ LA MEMORIA 2019 DE CÁRITAS CASTILLA Y LEÓN
El 3 de julio de 2010 se celebró la última ordenación sacerdotal en Segovia. Hoy se cumplen 10 años de este evento, que nos hace mirar al pasado. La ciudad de Segovia, tiempo atrás, se consideraba ciudad de militares y de curas, pues la plaza del Azoguejo, lugar del emblemático acueducto se localiza en medio de la academia de Artillería y el seminario de Segovia, por lo que no era difícil encontrar alguno de los dos si paseabas por el centro de la ciudad. Ahora, en vez de curas o militares lo que se ve son turistas, con las oportunas distancias de seguridad, que van a ver al diablillo y su obra (el acueducto). El seminario menor de Segovia hace 50 años contaba con casi 500 seminaristas, pero el número fue decayendo, diez años después ya eran solo 25 los seminaristas en Segovia (en el mayor y en el menor) hasta que se cerró en el 2000. Pero la Iglesia de Segovia no podía permitir que la vida religiosa perdiera los ministros que hacen posible la celebración de los misterios y que avivan la fe del pueblo de Dios. Se tomaron diferentes medidas, y los obispos que pasaron vieron en esta situación un problema capital, pues no solo los feligreses se hacían cada vez más mayores, sino que no había relevo en los curas que tiene como misión esencial anunciar el mensaje siempre novedoso y vivo del Evangelio.
Para ayudar a que los jóvenes pudieran descubrir si su vocación era la de ser sacerdote, se inició el seminario menor en familia, donde los jóvenes que quisieran se reunían quincenalmente para tener un encuentro donde rezaban, se formaban y convivían con el objetivo de discernir si Dios les estaba llamando a servir a los demás desde el sacerdocio. Estos encuentros se realizaron durante 8 años, y yo doy gracias a ellos porque me ayudaron a acercarme más a Dios y a poder dar el paso a entrar en el seminario mayor.
Posteriormente, con la llegada del obispo D. César, se abrió el seminario menor en septiembre del 2016. En la actualidad cuenta con cuatro seminaristas. Los seminaristas viven en el seminario durante la semana laboral y asisten a los institutos en los que realizaban los estudios académicos antes de entrar. Allí además de convivir realizan diferentes actividades como excursiones, oraciones, deporte y apoyo académico.
¿Pero cómo llega una persona a ser sacerdote? Es un proceso largo. No tiene por qué comenzar en el seminario menor, pero ayuda a discernir desde muy joven cual es la vocación. Después del seminario menor, cuando la persona ya es mayor de edad, va al seminario mayor. En el caso de Segovia, el seminario mayor se encuentra en Salamanca y es acogido por el Teologado de Ávila. Donde diferentes seminaristas de siete Diócesis distintas conviven y forman una comunidad que ayuda en este proceso, en este camino, hasta el sacerdocio.
Durante este proceso se realizan los estudios de Teología que duran cinco años y en donde se estudian no solo Teología sino también asignaturas interdisciplinarias como Filosofía, Psicología e idiomas (latín, griego y hebreo). Pero la formación no acaba en el curso universitario, sino que en el seminario se realiza una formación integral de la persona creciendo en la dimensión humana, espiritual, intelectual, pastoral y comunitaria, sin perder su personalidad, fortaleciendo sus dones y conociendo sus defectos y dificultades, en definitiva, creciendo en humanidad y acercándose de forma personal a Dios y a los hermanos. Durante este periodo, se van realizando pasos que afianzan esa decisión de seguir a Jesús sirviendo a la Iglesia desde el ministerio sacerdotal, estos pasos son el rito de admisión, el acolitado y lectorado, y el último paso antes de la ordenación sacerdotal, el diaconado.
Este proceso no solo ayuda a formarse para ser un buen sacerdote, sino para discernir profundamente si la decisión es acertada, pues el seminario es como un noviazgo en el que se reflexiona sobre la entrega total de la vida, no a una persona como en el matrimonio sino a Dios y desde Él a todos los hombres y mujeres. En la actualidad, Segovia cuenta con tres seminaristas mayores, uno de ellos con los estudios teológicos finalizados. Pero hay que tener en cuenta que, durante estos diez años, han fallecido 47 sacerdotes (6 de ellos curas incardinados a la Diócesis pero que realizaban su tarea pastoral fuera de ella) y solo gracias a más de 30 sacerdotes que provienen de diferentes Diócesis y países, se puede servir a toda la provincia de Segovia intentando compaginar los actos comunitarios y el trato personal, llevando a Cristo a través de los sacramentos.
Muchas pueden ser las causas de este década sin una nueva ordenación sacerdotal: el secularismo, el miedo de los jóvenes a comprometerse, un testimonio tibio de las comunidades eclesiales que no ayudan a la dimensión vocacional de todo cristiano, el centrarse en una fe individualista perdiendo el factor comunitario de la misma, etc. Pero de lo que no hay duda es que la Iglesia de Segovia: todos sus sacerdotes con el obispo a la cabeza y todos sus fieles, seguirán ayudando a los jóvenes y no tan jóvenes de vislumbrar si Dios les llama a la vocación del sacerdocio y les acompañarán para mantener el sí, la respuesta personal a la Buena Noticia que Dios les hace. Pues Dios sigue llamando a los jóvenes para que sirvan a todos los segovianos y segovianas para hacer presente a Dios y a la Iglesia universal entre ellos.
Alberto Janusz Kasprzykowski
Seminarista mayor
Hay palabras de Jesús especialmente significativas. Se dirigen a cada persona y son una invitación a la relación con él. En el evangelio de hoy, Jesús se dirige al Padre para darle gracias porque ha escondido los secretos del Reino a los sabios y entendidos y los ha revelado a la gente sencilla. Para entender bien estas palabras hay que tener en cuenta que el evangelista, previamente, hace notar que la predicación de Jesús ha sido rechazada por quienes le acusan de tener relación con pecadores y publicanos e incluso de estar endemoniado. Son los «sabios» de este mundo que se consideran con derecho de juzgar a los demás, incluso a Jesús, descalificando su enseñanza. Por el contrario, los que seguían a Jesús eran considerados como una pobre gente, sin formación ni doctrina, que, no obstante, acogían con alegría las palabras de Jesús. Por eso Jesús da gracias al Padre, porque a estos les ha revelado las cosas del Reino.
Jesús da un paso más: a esa gente que se veía relegada por los «sabios» de la época la invita a acercarse a él: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera» (Mt 11,28-30). El filósofo y teólogo danés, Sören Kierkegaard, considerado como el Sócrates nórdico, escribió sobre esta invitación de Jesús unas preciosas páginas publicadas en español con el título «ejercitación del cristianismo», que arrancan de las primeras palabras de Jesús: «Venid a mí». Jesús se sitúa en el centro de su mensaje, como en otras ocasiones, y se define a sí mismo como manso y humilde de corazón. Esta invitación —«venid a mí»— se dirige a los que están cansados y agobiados porque él quiere aliviarlos. Estos cansados y agobiados son, naturalmente, todos los hombres a quienes les pesa la vida con sus luchas y contradicciones, con sus angustias y sufrimientos. Quienes se acerquen a Jesús hallarán descanso para sus almas.
Llama la atención, sin embargo, que Jesús diga a continuación: «Tomad mi yugo sobre vosotros». Invitar a alguien cansado y agobiado a ponerse un yugo sobre sí mismo parece una contradicción. Una persona en tales condiciones desea quitarse la carga de encima, no ponerse más peso. Quiere decir que la metáfora que usa Jesús debe ser entendida de otra manera: no como un peso, sino como una liberación. El yugo del que habla Jesús produce descanso, libera del agobio y del cansancio. Sólo puede tratarse del yugo del amor que hace más fácil todas las cosas. Como dice san Agustín: «Donde hay amor no existe fatiga; y si hay fatiga, es amada». No hace falta saber mucho para reconocer esta verdad tan cotidiana: que el amor aligera. Posiblemente, Jesús utiliza la palabra «yugo» para hablar de su ley, de su nueva sabiduría, que es la compasión con los que se sentían agobiados con las cargas que imponían fariseos y letrados. Jesús habla de «mi yugo», que él mismo pone sobre nosotros cuando nos acercamos a él, le confiamos nuestras necesidades y descansamos en su infinita compasión. El hecho de que él mismo se defina como «manso y humilde de corazón» indica que su yugo tiene que participar de esas mismas virtudes. Cuando experimentamos el cristianismo como una carga insoportable es que no hemos entendido nada, nos hemos desviado del camino. El cristianismo es descanso en Cristo y libertad para amar. No es sometimiento servil ni moralismo paralizante. Con razón, el padre Lagrange llamaba a este texto la «perla» del evangelio de Mateo. Quien encuentre esta perla venderá todo lo que tiene, que pesa como un fardo inútil, comprará la perla y encontrará descanso.
+ César Franco
Obispo de Segovia
La Catedral de Segovia pone en activo la web oficial, un día antes de la esperada reapertura, renovada durante el confinamiento y que cuenta con un mejorado diseño del conjunto de la información, fotografía, recorridos virtuales y de la venta de entradas.
El portal sigue una estructura de contenidos distribuida en la sección general, con la historia, partes del templo, torre y salas, un lugar principal para el culto, y otro destacado para la visita cultural con horarios y tarifas, además de una sección de actualidad dividida en noticias, eventos y el nuevo portal de transparencia. En la definición del formato se ha pensado en destacar los puntos fuertes del templo y su patrimonio que van desde el Archivo Capitular, pasando por su importancia religiosa como sede del obispo de Segovia, la riqueza de sus vidrieras o las cuatro salas de exposiciones donde se muestran obras de gran valor artístico y religioso.
En este sentido, y como novedad, se ha diseñado un nuevo recurso denominado “Patrimonio cultural” en el cual se incorporan parte de las obras que conserva la Catedral. La sección está subdividida en cinco apartados, orfebrería, pinturas, esculturas, tapices y vidrieras, con la información de la obra, autor, o la correspondiente ubicación en el templo. Esta herramienta se introduce para ofrecer al visitante, segoviano, investigadores e internautas un catálogo que se irá completando con el tiempo con nuevos contenidos, obras, información relativa a las mismas y material fotográfico de calidad.
Otra de las razones de la reconversión de la web de la Catedral era ofrecer un acceso completo y mejorado a la venta de entradas online. Se ha diseñado una nueva plataforma de ventas en colaboración con la empresa Fareharbor, un software especializado en reservas online a nivel internacional. La compra de entradas se ha simplificado en individuales y grupos con las diferentes ofertas de visitas guiadas, todas adaptadas a los nuevos aforos establecidos, donde se añade la información relativa a horarios, tarifas, tipología de visitas y fotografías.
En el desarrollo de la venta de las entradas, el visitante o los grupos tendrán toda esta información disponible con soporte técnico de ayuda y adaptado a diferentes modalidades de pago. El comienzo de la actividad de esta plataforma, a pleno funcionamiento, se ha hecho coincidir en el tiempo con la reapertura de la Catedral en una situación que requiere de una mayor digitalización para que el visitante pueda conseguir su entrada online y, de esta forma, agilizar el acceso al templo en el momento de la visita.
Junto con todas las posibilidades que se ofrecen en la renovada web seguirá teniendo un lugar importante la sección de noticias y eventos con la actualidad respecto a la oferta cultural, cultual, restauraciones, transparencia o proyectos de investigación en marcha.
En consonancia al lanzamiento de la web, el sistema informático de la Catedral también se ha modernizado y hecho más sencillo. En las taquillas se han instalado tres TPVs con un sistema táctil que permite al personal de la Catedral una mayor rapidez a la hora de realizar la venta de entradas y notificación de datos. Igualmente, estos tres terminales de venta, coordinados con la plataforma de ventas online y agregadores con los que colabora la Catedral, permiten el acceso a la base de datos con todas las entradas vendidas de visitantes individuales y grupos haciendo posible ir prescindiendo del soporte papel.
En la misma línea, con la reapertura se van a estrenar tickets, con un diseño diferente y adaptado a las nuevas formas de visita que permitirán ahorrar papel con entradas únicas para grupos o familias.
Esta nueva fase que se abre con la reapertura permitirá, de igual manera, que los visitantes accedan al templo con la entrada en el móvil para ser leída a través de lectores en el acceso al templo.
Todo un conjunto de mejoras llevadas a cabo por el Cabildo que llegan en un momento de especial importancia para agilizar el trabajo del equipo humano de la Catedral y hacer más cómoda la visita.
Protocolos medidas de seguridad
En las últimas semanas, la desescalada ha ido perfilando las medidas recomendadas en esta etapa que se inicia con la reapertura. El Cabildo ha estado informado de las diferentes directrices en cuanto al culto y visita cultural en monumentos realizadas por parte de las autoridades estatales y autonómicas para redactar protocolos propios de acuerdo a las características de espacio y accesos de la Catedral de Segovia.
Con el BOCYL nº 123/2020, 20 de junio de 2020, del Plan de Medidas de Prevención y Control para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 en la Comunidad de Castilla y León, el Cabildo ha perfilado los protocolos, disponibles online, y con los que aspira a que agentes turísticos, instituciones, guías y visitantes cuenten con el máximo de información posible antes y durante su visita.
En el protocolo realizado para agencias, grupos y guías se relatan todas las medidas para mantener las medidas de seguridad haciendo especial hincapié en el acceso y salas de exposiciones, espacios más susceptibles a aglomeraciones por el menor tamaño.
El protocolo general ya es accesible para aquellos visitantes que reserven su entrada online con la posibilidad de descargarlo, al igual que en la página web oficial. En su interior, se detallan aforos, señalética incorporada, itinerarios, accesos a salas, torre o la disponibilidad de material online para visualizar en el móvil el folleto oficial del templo y de la App gratuita de la Sala de Pintura Bajo Claustro.
El equipo de la Catedral es pieza imprescindible por lo que también se pone a su disposición un protocolo interno que cuenta con todas las medidas de los protocolos anteriores y las específicas para preservar su salud y hacer más fácil el desarrollo del trabajo.
Todo este trabajo realizado durante las últimas semanas tiene como punto principal colaborar con todas las instituciones, guías, agencias, hostelería y el conjunto del sector económico, social y religioso de Segovia para aunar esfuerzos dirigidos a la recuperación económica y al bienestar de fieles, segovianos y visitantes.
La Catedral pondrá en práctica todas las medidas planteadas a partir de este viernes 26 de junio, fecha escogida para la reapertura en horario de 09:30 a 21:30, último pase media hora antes del cierre.
LEA Y DESCARGUE EL PROTOCOLO DE SEGURIDAD Medidas de prevención y seguridad frente a la Covid-19
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